X
el dardo > Leopoldo Fernández

Anchieta, santo – Por Leopoldo Fernández

   

El cardenal Damasceno, presidente de la Conferencia Episcopal brasileña, acaba de anunciar la canonización, en Roma y posiblemente en abril de este mismo año, del beato jesuita lagunero José de Anchieta, conocido como el apóstol de Brasil, donde su figura goza de indiscutible prestigio por su labor misionera y literaria. Al igual que en el caso del santo Hermano Pedro, elevado a los altares por Juan Pablo II, resulta desolador que figuras de renombre universal -es también el caso de personajes como Viera y Clavijo, Pérez Galdós, Blas Cabrera o Bethencour y Molina- sean más queridas e incluso conocidas allende nuestras fronteras insulares. Lo que dice mucho de nuestra particular desidia y negligencia a la ahora de valorar y ensalzar a quienes, compatriotas nuestros, son referentes imprescindibles de buen hacer personal y profesional y ejemplos de la mejor identidad canaria. En el caso del padre Anchieta, cuya causa de beatificación se introdujo en 1617 nada menos -en 1736 fue proclamado venerable y beato, junto con el hermano Pedro, en 1980, gracias a la “heroicidad de sus virtudes”-, Brasil reúne un compendio de homenajes al ilustre sacerdote de La Laguna. Ciudades, barrios, calles, colegios, hospitales, instituciones, sociedades, premios, pinturas, fuentes, hasta un pozo milagroso, llevan su nombre. Considerado el primer gran humanista de las Américas y el padre fundador del Brasil moderno, creó numerosas ciudades, entre ellas la populosa Sao Paulo. Realizó milagros extraordinarios y valiosos hallazgos de plantas con aplicaciones en farmacopea, que utilizó para sanar a los indios. Destacó como misionero, predicador, maestro, naturalista, historiador, lingüista, poeta y escritor. Vivió entre los indios, compartió su lengua y su pobreza y defendió sus derechos frente a los abusos de los poderosos. Antiguo estudiante en Coimbra (Portugal) y hombre de fe profunda, le apodaban el canario por lo mucho que amaba a su tierra de origen, aunque en Brasil es considerado “uno de los nuestros” y “héroe nacional” desde 1956. Coincidiendo con el aniversario de su muerte -ocurrida, cuando contaba 63 años, en Reritiba, hoy Anchieta, en 1597, el 9 de junio de cada año el gobierno dedica esa fecha, desde 1965, al “día de Anchieta”. El padre Anchieta, que llegó a ser provincial de los jesuitas, tiene una densa y magnífica, aunque poco conocida en Canarias, obra literaria, escrita en cuatro lenguas. Este lagunero, nacido el 19 de marzo de1534, era hijo de un escribano originario de Guipúzcoa y de la viuda de un teniente de gobernador. Tuvo nueve hermanos y su inmensa obra brasileña es hoy un ejemplo admirable que subraya la extraordinaria personalidad de este tinerfeño universal.