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CD Tenerife - SD Ponferradina

‘Hat-trick’, ‘play-off’ y licencia para soñar

   
Ayoze Pérez fue el mejor del partidos gracias a los tres goles que logró marcar. | SERGIO MÉNDEZ

Ayoze Pérez fue el mejor del partidos gracias a los tres goles que logró marcar. | SERGIO MÉNDEZ

MARTÍN-TRAVIESO | Santa Cruz de Tenerife

Un CD Tenerife soberbio no tuvo piedad de una Ponferradina que nada pudo hacer para detener al niño de oro, Ayoze Pérez, el mejor canterano que ha jugado en el primer equipo desde hace muchos años. El delantero de María Jiménez ofreció un amplio recital de goles, todos ellos para enmarcar. Justo en la semana que selló su vinculación futura con el Oporto, el punta de tan solo 20 años logró su primer hat-trick en competición profesional. Aridane y Édgar completaron una tarde que culminó con la llegada del equipo a los puestos de promoción de ascenso por primera vez en lo que va de campaña.

Cervera recuperó cuatro jugadores fundamentales (el propio Ayoze, Aitor, Ricardo y Carlos Ruiz), por lo que alineó a su once de gala. El duelo comenzó con el habitual tanteo, hasta que surgió la velocidad de Suso y la magia de Ayoze.

Robó como siempre Aitor Sanz en la medular y abrió el balón para la derecha, donde Suso explotó al máximo su impresionante rapidez para servir un medido centro al pichichi blanquiazul. Controló con el pecho y con su pierna derecha, Ayoze fusiló por primera vez a Santamaría. Solo se habían jugado 11 minutos y el Tenerife prometía una tarde feliz a sus aficionados.

Los siguientes minutos fueron un quiero y no puedo de los jugadores más avanzados del cuadro berciano. La férrea defensa local abortó cualquier intentona de Acorán y Yuri, quienes se pasaron toda la tarde en blanco ante la falta de oportunidades.
El choque quedó sentenciado al poco de haberse cumplido la media hora de juego. En el 32, Cristo ejecutó un saque de esquina que remató con habilidad y maestría Ayoze en el segundo palo. Su cabezazo se coló en la meta de la Ponfe, pero antes de eso el canterano se deshizo de su marca, Carlos Bellvís, con un movimientos que solo ejecutan las grandes figuras. Era el 2-0 y el equipo de Álvaro Cervera quería más, mucho más.

Dos minutos después, en el 34, Aridane colocó el tercero en el marcador. La jugada nació de nuevo por la banda diestra, pero esta vez fue Moyano el que se disfrazó de Suso. Galopó el ex del Melilla y centró para que Aridane, en zona de remate, metiera la bota para volver a ampliar la distancia; 3-0 y partido visto para sentencia.

El arafero Édgar logró su primer gol de la temporada. | S.M.

El arafero Édgar logró su primer gol de la temporada. | S.M.

Menos ritmo
Con los deberes hechos, al Tenerife le bastaba durante la segunda parte con conservar el resultado sin hacer demasiados esfuerzos. Era la Ponferradina la que tenía que arriesgar, por lo que Claudio Barragán realizó dos cambios para intentar reaccionar. Dio entrada a dos jugadores de ataque como Diego Sánchez y Fofo. Del campo retiró a los jugadores de banda izquierda Bellvís y Marquitos. Por esa zona habían llegado los tantos del Tenerife en la primera parte del encuentro.

Pero la reacción de la Deportiva no llegó nunca y en la segunda parte de nuevo el equipo tinerfeñista fue muy superior.
Suso y Cristo Martín pudieron hacer el cuarto, pero ante el primero paró Santamaría y ante el segundo un defensa arrebató el balón de los pies al chicharrero cuando iba a empujarla a gol. Tarde o temprano llegaría.

Y no podía ser otro que Ayoze el que volviera a hacer las delicias del respetable con otra jugada rebosante de calidad. De un saque de banda aparentemente intrascendente, creó una jugada de gol. Recibió, se giró, dejó atrás a su marcador y ante Santamaría fusiló para lograr el primer triplete de la que será una larga y exitosa carrera.

Desde ahí y hasta el final, el Tenerife jugó a gustarse, mientras que la Ponferradina hacía mucho rato que había entregado el partido.

La única nota negativa del partido fue la cartulina amarilla que recibió Aitor Sanz, que acarrea sanción ya que estaba apercibido. Fue amonestado por agarrar a un adversario. Pareció que buscaba la cartulina. Cervera lo retiró inmediatamente del campo, para así evitar que lo pudiesen expulsar con roja y las consecuencias fueran peores.

Pero faltaba la rúbrica, que llegó a falta de escasos segundos antes de que el colegiado de la contienda pitase el final del duelo. Ayoze se fue del campo entre aplausos y gritos de celebración y entró al rectángulo de juego Édgar, quien marcó el quinto y definitivo. Desde la frontal del área y con el interior de su pierna derecha, el de Arafo alojó el balón en la escuadra de la portería de la Ponferradina.

No hubo tiempo para más. El colegiado pitó el final del partido, pero el inicio de un sueño que no se sabe cuánto puede durar para el CD Tenerife.