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El juez Bermúdez confiesa que primero pensó que ETA estaba detrás del 11-M

   
juez Javier Gómez Bermúdez

El juez Javier Gómez Bermúdez. / E.P.

EUROPA PRESS | Madrid

El magistrado Javier Gómez Bermúdez, que presidió el juicio del 11-M, criticó que los políticos sean ambiguos y hablen con “medias tintas” cuando se les pregunta sobre la teoría de la conspiración. Confesó que inicialmente pensó, como otros muchos, en la banda terrorista ETA, pero sus dudas se disiparon ante las “abrumadoras” pruebas recabadas en la investigación de los atentados de 2004.

Así se expresó el que fuera presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional en una conferencia ofrecida a alumnos de la Universidad Europea de Madrid cuando se cumple el décimo aniversario de la matanza que acabó con la vida de 191 personas y dejó más de un millar de heridos. Ante el auditorio, Gómez Bermúdez contó a los estudiantes anécdotas desconocidas del juicio del 11-M, como es la decoración Ikea de la sala de vistas, con muebles desmontables de colores cálidos y “madera clara”, para “dar un ambiente de tranquilidad” a las víctimas y facilitar su reutilización en otros tribunales. “Cuidábamos detalles sorprendentes pero necesarios”, comentó.

La sala sirvió de ejemplo para otras sedes judiciales y fue pionera en el envío de notificaciones electrónicas a través de Lexnet. El proveedor de Internet se comprometió a dar las imágenes del juicio en directo, sin editar y de forma gratuita, mientras que el tribunal distribuyó los asientos entre procesados y una persona de su confianza y víctimas, reservando diez asientos para el público -estudiantes, por ejemplo- para “garantizar el principio de publicidad procesal que exige que cualquier ciudadano pueda presenciar un juicio”.

Gómez Bermúdez elogiado a los “cinco magníficos funcionarios” que llevaron el peso de la organización, y reconoció que no se siente “orgulloso” con momentos en los que “se le fue la mano” por “exceso de celo” y respondió con severidad a algunos abogados o procesados. “En 450 horas , son 10 o 12 minutos, pero no estoy orgulloso”, apostilló.