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real madrid castilla - CD TENERIFE> la crónica

Ayoze silencia La Fábrica

   
El delantero de María Jiménez intenta llevarse un balón durante una jugada del encuentro de ayer. |  JOSÉ MANUEL MANZANEQUE

El delantero de María Jiménez intenta llevarse un balón durante una jugada del encuentro de ayer. | JOSÉ MANUEL MANZANEQUE

MARTÍN-TRAVIESO | Santa Cruz de Tenerife

Fuera de casa, el CD Tenerife es un equipo terriblemente fiable. Ayer lo volvió a demostrar. Gracias a un trabajo serio y pertinaz, los blanquiazules lograron arañar un punto en el feudo del Real Madrid Castilla. Ayoze se encargó de enmudecer La Fábrica cuando peor pintaban las cosas, cuando el filial blanco había logrado remontar el 0-1 que había anotado Aridane.

Aguza y De Tomás voltearon el electrónico merengue, pero casi final emergió la figura del ariete de María Jiménez. Ayer estaba citado con el gol. Tenía una dedicatoria pendiente y no falló a su cita. Aprovechó una inmejorable asistencia de Aridane, para, primero, mandar a callar a los muchos aficionados locales que se dedicaron durante todo el partido a insultar al equipo de Cervera, y luego, para regalarle al cielo, donde está su abuela, un tanto que permite a su equipo haber conseguido cuatro puntos de los posibles de la doble salida que tenía. ¿Pecó de exceso de conservadurismo Cervera? ¿Faltó ambición para adjudicarse la victoria? Esas son las preguntas que se estarán formulando los aficionados blanquiazules hoy. La respuesta es subjetiva y depende del criterio de cada uno, pero lo cierto es que el cerverismo, esa filosofía que adquiere su máxima expresión en los partidos de casa, mantiene al Tenerife en el séptimo puesto, a expensas de lo que hagan sus rivales en la jornada de hoy, algo inimaginable, ni siquiera para el propio técnico.

El reparto de puntos fue justo, como reconocen los protagonistas de ambos bandos al final. El Tenerife tuvo varias ocasiones para ampliar su ventaja en la primera parte y le faltó más determinación para buscar la portería rival en la segunda, pero bien es cierto que el Madrid abusó del control de la pelota, lo que le permitió acercarse numerosas veces a la portería de Roberto con peligro.

El partido tuvo un buen ritmo de juego desde el inicio. A los 45 segundos Burgui remató desde la frontal algo flojo. No tuvo problemas para detener Roberto. Tras esa jugada, los ayer visitantes se apoderaron del córner. Hasta en cinco ocasiones acudió al saque de esquina Luismi Loro, verdadero especialista en los lanzamientos a balón parado. Y a la quinta fue a la vencida. Insistió en el primer palo el de Fuenlabrada, hasta que contactó con la testa de Aridane, quien peinó lo justo el balón para batir a Pacheco. Sexto tanto del delantero grancanario, que de nuevo se adelantaba a la defensa local.

El golpe lo acusaron los locales, quienes durante muchos minutos sufrieron. Ayoze pudo ampliar la ventaja con otra de sus genialidades. Cabalgó casi durante 20 metros, sentó a dos rivales, pero su disparo, con la zurda, se desvió de su destino final. Grandísima ocasión.

Eso ocurrió en el minuto 28. Tres minutos después, asumió galones Édgar, que se empeñó en progresar por su carril, el zurdo, llegó hasta el fondo del campo y se la dejó para que otra vez Ayoze la golpease. Así fue, pero con el interior el canterano tampoco atinó. Otra ocasión al limbo.

Tras el paso de los jugadores por los vestuarios, los jugadores del Madrid salieron más entonados. Mantuvieron la dictadura de la posesión del esférico y lograron darle la vuelta al marcador. Además esto lo hicieron en apenas 13 minutos.

Empataron con un disparo lejano y aislado. Progresó con el balón Aguza, quien se sacó de la chistera un disparo ajustado al palo. Quizás tardó algo en reaccionar Roberto, que no pudo atajar el lanzamiento. El balón antes de entrar tocó en el palo, en la espalda del meta icodense y acabaría metiéndose en la meta tinerfeña.

El segundo tanto del filial también se originó por la excesiva falta de tensión que tuvo la defensa a la hora de frenar una jugada bien trenzada por el ataque madridista. Tras tres toques certeros, pero sin oposición del rival, De Tomás recibió casi en el punto de penalti para batir nuevamente a Roberto.

A Cervera no le quedó otra que reaccionar y metió en el campo a Cristo Martín, Suso y Kike Rivero. Especialmente los dos primeros fueron muy importantes para que su equipo recobrase algo del protagonismo que había perdido durante el primer acto.

Cristo tuvo una buena oportunidad para empatar tras recortar a dos defensas, pero su disparo se marchó algo lejos de Pacheco (minuto 76). Las sensaciones volvían a ser buenas. Pero faltaba demostrarlo.

Ahí es donde entra el de siempre, la perla. Pero está claro que Ayoze solo no puede ni ganar ni empatar los partidos. Necesita a sus compañeros y para fabricar el segundo gol del partido, encontró la de Aridane. El punta recibió un balón casi en el centro del campo y, sin pensarlo, ofreció una asistencia antológica al ‘niño de oro’. Galopó Ayoze y batió a Pacheco, que nada puso hacer a pesar de su salida. La celebración fue tan buena como el gol. Mandó a callar a los seguidores blancos, quienes solo pueden dar gracias por haber visto jugar a Ayoze Pérez en su estadio.

Con el 2-2, aún restaban ocho minutos para el final del encuentro y los locales se lanzaron a por el gol de la victoria que lo tuvo cerca Jaime, pero no llegó.

Al final justo reparto de puntos que deja contentos a los dos contendientes.