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Varapalo europeo – Por Isidoro Sánchez García

   

Los resultados de las elecciones al Parlamento Europeo el 25-M ha supuesto un cambio en el panorama político de la vieja Europa. En Francia y España de manera particular, y dentro de la Hispania nostra un cambio sociopolítico bastante significativo. En realidad se venía venir aunque no tanto. Lo mismo le pasó a los clásicos equipos capitalistas del fútbol español cuando el Atlético conquistó la liga de fútbol. Fue el triunfo de los equipos trabajadores frente a los partidos acomodados, comenzando por el PP, siguiendo por el PSOE y terminando por CC. A pesar de que la circunscripción electoral es la estatal está claro que el análisis debo hacerlo a nivel autonómico, es decir en el espacio territorial de Canarias, donde se reflejó claramente la “cuerada” política recibida por los denominados tres grandes. Ahora se anuncian las valoraciones de los respectivos partidos políticos por parte de los secretarios generales y de los portavoces más cualificados para explicar el porqué de lo resultados, y es importante, pero la vida es la que es. Por eso el análisis hay que comenzarlo por situar las elecciones en el tiempo, es decir en mayo de 2014 cuando más de la mitad de Europa está en crisis, de valores, de dinero, de trabajo y lo que es peor, de ilusión, sobre todo en los más jóvenes. Luego ubicar los comicios en la etapa tecnológica en que vivimos, en la tercera revolución industrial, la de las energías renovables en la que el Internet se ha convertido en la herramienta más importante del ciudadano, sobre todo del que está cabreado por muchas razones. Es decir la globalización en definitiva, que permite en segundos mantener informada a la ciudadanía los programas y las ideas de los partidos pero sobre todo de las barbaridades que hacen los gobiernos de turno y los abusos de algunas instituciones financieras. Entiendo que hay que tener claro el porqué la poca cantidad de ciudadanos que se acercó a las urnas el domingo 25M, sobre todo en Canarias donde la abstención no encuentra justificación alguna, votó en contra de los partidos tradicionales. Está cansada de comprobar el estancamiento político de los mismos y ya no les ilusionan. Siempre lo repito cuando constato situaciones similares, ya que para mi “estancarse es retroceder”. Es lo que ha sucedido de manera particular a la organización política a la que pertenezco. Así que a renovarnos o morimos. Por ello me alegro que en CC se anuncien tambores de relevo generacional y acuda a los expertos universitarios para conocer con rigor la evolución política en el archipiélago, en el estado y en Europa.