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Amaya Sáez: “En una sociedad sin confianza, las empresas privadas podemos decir mucho”

   
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Por Paola Bonilla

Una mujer con garra, la cabeza bien amueblada, llena de proyectos e ilusiones, con ganas de cambiar el mundo mediante actos. Una madre de familia numerosa y gerente de una empresa líder en el sector dental, una mujer de pro, con miras a un futuro sin limitaciones.

-¿Quién es Amaya Sáez Díaz según Amaya?

“Un proyecto, un proyecto de vida. Me creo o me gustaría creerme en constante evolución, con continúas inquietudes y en la búsqueda insistente de nuevas impresiones y nuevas sensaciones. Me gusta estar a la expectativa de todo aquello que no conozco aún, me considero una persona curiosa, y digo persona y no mujer, porque siempre he sido así, desde muy pequeña.”

-¿Con qué soñaba cuando era una niña?

“Yo siempre soñé con ser diplomática. Siempre me atrajo la idea de solucionar conflictos y situaciones difíciles entre países gracias al poder de la palabra. Es más, en el cole buscaba conflicto con los profesores para luego mediar. Podría decirse que es mi vocación frustrada. Pero en cualquier caso me hubiera sido imposible, ya que he de confesar que nunca desarrollé técnicas de estudio en las que fuese capaz de enfrentarme a mucha letra. Yo estudié siempre sola y nunca fomenté la lectura, por lo que cuando me puse delante de asignaturas de mucho peso de letras me di cuenta de que tenía falta de entrenamiento en cuanto a concentración y ni si quiera lo intenté. Aunque estar el mando de una empresa como Arte Dental a veces requiere mucha diplomacia, y en esos casos estoy encantada de poner en práctica la que creo fue mi vocación”.

-¿Cómo recuerda su época de estudiante?

“Pues recuerdo que fui asesorada al cien por cien por el núcleo familiar y, por aquel entonces, entré directa a un ciclo que era una mezcla entre empresariales y unidad de iniciación a económicas. Después de este ciclo de dos años en Barcelona me reafirmé en que aquello que exigía mucha concentración no era lo mío, como por ejemplo, Historia de la Economía. Fue entonces cuando, consciente de mis limitaciones y de mis preferencias, opté por estudiar Administración y Dirección de Empresas con asignaturas más dinámicas como Marketing e Idiomas. Empecé la carrera en Tenerife y la terminé en Ginebra. Yo he sido siempre un alma libre y el haber estudiado fuera potenció el énfasis que le ponía a lo que estaba haciendo, potenció, sin duda, mis ganas de estudiar”.

-¿Dónde y cómo conoce al que es hoy su marido?

“Conozco a Marcus a mi regreso de Barcelona a Tenerife. Lo conozco ese verano en el Puerto de la Cruz de una manera bastante simple, casual o causal, la eterna pregunta. Un amigo había quedado con su novia, que era la hermana de Marcus y quería que lo acompañara, le pareció que si iba con él sería una buena carta de presentación, al ver el tipo de amigas que tenía (sonríe)”.

-¿Fue fácil sumarse a sus sueños?

“Sí, lo fue. A mi él me atrajo mucho porque no es de aquí, por lo tanto su mentalidad tampoco lo es. Como decía una de mis mayores metas ha sido la de conocer cosas y lugares nuevos, siempre me ha gustado viajar y descubrir, y con él y sus sueños me transportaba a la Europa más moderna desde un principio. Cuando lo conocí, él hacía cuatro años que había acabado sus estudios y trabajaba en la empresa familiar. Tenía en mente un proyecto propio que fue el bebé del proyecto que hoy disfrutamos ambos. Yo todavía estaba estudiando pero en cuanto pude me puse a ayudarle con burocracia de la época (legalizando profesionales europeos que contrataba, lo que por aquel entonces eran como contratar hoy cualquier otro extranjero fuera de la Unión Europea en cuestión de papeleo, tramitando licencias y permisos, etcétera). Fue cuando terminé mis estudios cuando me pidió que me metiera de lleno en el proyecto. Y así lo hice hasta hoy”.

-¿Qué recuerda de los primeros pasos de Arte Dental?

“Recuerdo que me absorbió la parte de producción, no tanto la parte clínica ya que en mayor o menor medida todos hemos pasado por un dentista, pero sí la de laboratorio. Hasta tal punto que hice mi proyecto de fin de carrera sobre un laboratorio dental, todo lo referente a la gestión de recursos en un laboratorio dental. Quienes trabajan en un laboratorio dental son verdaderos artistas, son una mezcla entre escultores y joyeros. Además en aquella época los alemanes se desmarcaban mucho de los técnicos españoles ya que trabajaban mucho los materiales nobles. Eran auténticas obras de arte …”.

-¿Qué supone para usted tu empresa?

“En su momento lo vi como una oportunidad, era un trabajo en el que podía compaginar mi vida familiar con la laboral. Cuando comienzas un proyecto como este junto a tu pareja no sabes muy bien cómo va a terminar pero me simpatizaba la idea de ser libre en cuanto a horarios y necesidades. Es cierto que cuando eres empresaria las responsabilidades se multiplican pero al fin y al cabo tú gestionas tu tiempo y lo adaptas a tus necesidades. Hoy en día es diferente, hoy veo al equipo, concibo la empresa como una segunda familia. Son más de 20 años trabajando en ella, y muchos de los que empezaron con nosotros siguen hoy en nuestras filas, hemos reído y llorado juntos y eso te hace ir a trabajar con un ánimo distinto”.

-En estos momentos de incertidumbre, ¿qué cree que le depara a su empresa?

“Quizá decir ‘ser centro referente’ resulte muy tópico, pero es eso lo que realmente esperamos de Arte Dental y ya estamos dando los primeros pasos en ese camino. Queremos ser la revolución de un concepto, pero no solo de un concepto dental, sino la revolución de un concepto de empresa. En una sociedad sin confianza como la que hoy tenemos debido a decepciones políticas y económicas, en la que todos nos sentimos prisioneros del sistema, las empresas privadas podemos decir mucho, sobre todo la pequeña empresa, donde cada miembro tiene nombre y apellido y nadie se siente como un número. La empresa puede ser la forma dinámica de manifestar la protesta. Una estructura horizontal frente a la clásica estructura jerárquica piramidal es mucho más eficaz, pues el empleado se muestra mucho más entusiasta, más realizado y el paciente recibe un trato mucho más acorde a sus necesidades y un calor humano más sincero. Esa hoy es nuestra filosofía y nuestra manera de cambiar las cosas…”

-¿Cómo fue la última incorporación de la tecnología 3D de última generación para nuestras bocas?

“Hay muchos tipos de escáners 3D en el mercado pero hay muy pocos en nuestro mercado, que tengan un software que permita un diagnóstico tan preciso como el que hemos adquirido ahora. Ahora estamos en fase de patente de un producto que consideramos estrella con ya 200 casos de éxito documentados que permiten, coloquialmente, tener los dientes el mismo día. Por la mañana los implantes y por la tarde la dentadura fija. Lo que es realmente interesante de este producto no es tanto la prótesis en sí sino la comercialización de la misma, ya que permite tanto exportar la prótesis (pues es muy competitiva en los mercados europeos) como importar pacientes.”

-¿Hablamos de turismo dental?

“Sí, si al atractivo de la isla le sumas un buen producto, con un buen servicio y todas las garantías europeas, además de asequible. ¿Por qué no tomarte unas vacaciones y poner a punto tu boca? Somos cien por cien pro internacionalización.”

-Amaya, es madre de familia numerosa y gerente de una empresa emergente a nivel europeo, ¿cómo se compagina eso?

“Siempre me repito frente a esa pregunta pero es que realmente así lo hago. Por lo menos en mi caso he encontrado la fórmula gestionando la empresa como una familia y gestionando la familia como una empresa. Gestionar la empresa como una familia, es involucrarse con la realidad de sus miembros, de los jóvenes entusiastas, de los extranjeros fuera de sus hogares, de las madres trabajadoras que tenemos en el equipo, con sus necesidades cambiantes, y con ellas precisamente porque las vivo a la par. Al mismo tiempo tengo que organizar en casa un hogar con una adolescente, una pre-adolescente y un niño y una niña de 9 y 7 años”.

-Se despierta la curiosidad en mí… Y me pregunto ¿cómo es trabajar con tu pareja?

“Creo que la complicación de trabajar con ‘la’ pareja se ha estereotipado. Trabajar con la pareja cuando estás en un equipo en el que cada uno tiene su campo y su función como es nuestro caso, en el que él está centrado en la parte técnica y profesional y yo en la parte de gestión y recursos humanos no es nada difícil, más bien todo lo contrario. Es cómodo, da muchas satisfacciones y es beneficioso para ambos, ya que nadie cuidará mejor de tus espaldas que tu pareja. Otra cosa es trabajar con ‘mi’ pareja. Eso ya no se me hace tan sencillo. Él es una fuente de energía inagotable, sin duda, es él, el motor que empuja al avance, él es el innovador, el creador de ideas y el que siempre anima a que “podemos más”. Nunca permite que el ánimo del equipo decaiga. Pero desde el punto de vista de la pareja es una situación que muchas veces se hace agotadora e incierta, porque con él nunca hay un plan, siempre hay algo más. Al fin y al cabo esa es la chispa, por eso lo llevamos bien a gran escala, yo soy muy ying y él es muy yang”.