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Confirman que el hogar Santa Rita logra su estabilidad económica

   

G. G. | Puerto de la Cruz

El consejero de Bienestar, Sanidad y Dependencia del Cabildo de Tenerife, Aurelio Abreu, confirmó ayer que el Hogar Santa Rita II, de Puerto de la Cruz, ha conseguido salir de la difícil situación en la que se encontraba y ha logrado su estabilidad económica al obtener recursos para poder saldar la deuda que tenía con la Seguridad Social, cercana a los 7 millones de euros.

“Por primera vez el centro asistencial está en la agenda política de las diferentes administraciones y prueba de ello es que ya tiene 67 plazas concertadas, que representan un ingreso de 900.000 euros, aunque todavía hay pendientes de que el Gobierno de Canarias les confirme su plaza por la Ley de Dependencia”, puntualizó.
A ello se le añaden los diferentes convenios y colaboraciones con 14 ayuntamientos de la Isla, que generan unos ingresos de 200.000 euros anuales.

Abreu hizo estas declaraciones durante una rueda de prensa celebrada en Santa Rita II, en la que también estuvieron presentes el presidente y el gerente de la Fundación Santa Rita, Roque Silva y Tomás Villar, respectivamente, y el consejero del Instituto de Atención Social y Sociosanitario (IASS), Miguel Ángel Pérez. El consejero insular confirmó que el Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) afectó a 370 trabajadores de los cuales el 65% ya se había incorporado a su puesto de trabajo y confió en que el resto lo haga a medida que aprueben los cursos de cualificación profesional que han tenido que pasar para adaptarse a la Ley de Dependencia.

De igual modo, indicó que “la ventanilla única para entrar en Santa Rita II es la Unidad de Atención a la Dependencia del IASS. Son sus técnicos los que valoran y controlan los expedientes”, a diferencia de años anteriores que pasaba por “la buena predisposición”. Y en este sentido, consideró que el acceso al hogar “es un derecho no un tema de voluntarismo”.

Todos coincidieron en subrayar que el hogar fundado por el sacerdote Antonio Hernández, quien llegó a vender pedacitos de cielo para poder construirlo y luego mantenerlo, “es un centro de referencia social en Tenerife”.

Cuenta con 326 socios fundadores que están representados por el Patronato, responsable de su gestión, a los que se suma un gran número de voluntarios.