Rodolfo León espera que el alcalde “desaparezca de la faz de la tierra”

León y Dávila en la ‘buena época’, cuando fueron socios de gobierno./DA

GABRIELA GULESSERIAN | Tacoronte

El Pleno de Tacoronte rozó ayer los límites de lo políticamente correcto cuando el concejal no adscrito Rodolfo León le dijo al alcalde, Álvaro Dávila (CC), “que esperaba que desapareciera de la faz de la tierra”. Una afirmación que dejó atónitos a muchos de los presentes, incluso algún compañero de su grupo, aunque minutos después aclaró que se refería “al ámbito político” y pidió que así constara en acta.

La discusión comenzó cuando el ex edil socialista solicitó que se creara una comisión de trabajo con los diferentes grupos políticos para la adjudicación de las plazas del proyecto extraordinario de empleo social pero el alcalde se negó debido a que es un trabajo que les compete a los técnicos.

Esta iniciativa será una realidad una vez que se firme el acuerdo con la Federación Canaria de Municipios (Fecam) previsiblemente, la próxima semana.
León acusó al alcalde de no haber dejado actualizar la base de datos para el empleo y recordó su trabajo como concejal de Bienestar Social mientras que el regidor municipal le espetó que este departamento “funcionaba muy bien desde que él no era el responsable”.

Éste fue solo uno de los puntos de discrepancia entre el grupo de gobierno y la oposición, en concreto, entre los ediles del Partido Popular (PP) y los no adscritos, que convirtieron la sesión en un nuevo espectáculo en el que volvieron a salir perjudicados los vecinos de Tacoronte. Por primera vez también, la secretaria municipal intervino, no solo a petición de León, para aclarar la legalidad de los contratos que se pretendían aprobar, sino que también aprovechó para confesar que estaba “agotada y aburrida” de que no salieran adelante los proyectos y subrayó que realizaba su trabajo “con independencia y con lealtad al cargo que había jurado” pese a que algunos le habían demostrado su desconfianza. También dejó claro que era una técnica y por lo tanto, “no estaba obligada a informar, salvo que se lo requiriera el presidente de la Corporación o un tercio del Pleno”.

Con tan solo diez puntos del orden del día, los nueve primeros eran modificaciones de crédito para dotar económicamente varias obras demandadas por los ciudadanos. Entre ellas, la colocación de las aceras que van desde el Calvario al Colegio de Guayonge y las del Camino Real al Colegio de Agua García, de gran importancia para la seguridad de los alumnos que acuden al centro educativo, pero no salió adelante dado que no contó con el apoyo del PP y los no adscritos.

Lo mismo sucedió con las que van desde la calle El Chupadero hasta el Molino del Gofio en Agua García, pese a que peligra el tránsito de los ciudadanos que frecuentan a pie la zona.

Otra de las acciones presentadas fue la demolición de la casa anexa al Molino de Gofio puesto que es una estructura muy antigua. En este último punto, el concejal de Urbanismo, Ignacio Álvarez, pidió responsabilidad a la oposición dado el estado ruinoso en el que se encuentra el inmueble y el grave peligro que representa para los transeúntes. El ruego tuvo sus frutos dado que tanto el PP como los no adscritos se abstuvieron, mientras que CC, PSOE y Alternativa sí se puede lo apoyaron, igual que lo hicieron con las anteriores.

No corrieron la misma suerte las obras de alcantarillado en las Calles Sabina en Guayonge, Carril de Millete y Carril de Billete, en Agua García, pese a que el alcalde y el concejal socialista, Carlos Medina, explicaron que los vecinos de dichas zonas, algunos de los cuales estaban indignados en el pleno, todavía pagan las cubas especializadas para vaciar fosas sépticas.

Algunos de ellos incluso no entendieron que el PP y los no adscritos no apoyaran estos asuntos pero sí posibilitaran la realización de los trabajos de mantenimiento y reparación de la rampa de salida de emergencia del Auditorio Municipal Capitol y la mejora del alumbrado de la zona comercial de La Estación.