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Tripadvisor – Por Tomás Cano

   

George Sanders escribió una nota antes de su muerte, precisamente en un hotel, que reza así: “Querido Mundo: He vivido demasiado tiempo. Prolongarlo sería un aburrimiento. Os dejo con vuestros conflictos, vuestra basura y vuestra mierda fertilizante”. Internet es algo que la humanidad ha construido, que no entiende todavía, sobre todo el alcance de este experimento, el más grande, de completa anarquía. Tripadvisor se escuda en esta anarquía para tener un negocio, que pone a disposición de clientes y no clientes de un hotel, restaurante y un largo etc . El acceso a la red de cualquiera para poner patas arriba, con total impunidad con comentarios interesados o no sobre un establecimiento sobre todo hotelero, la red es usada para la crítica. También pueden haber opiniones positivas, pero hay que tener en cuenta como dice su CEO, Stephen Kaufer, que solo el 10% de sus clientes o personas que ha utilizado la página escribe. Señores, el 10% de los millones de visitas y usuarios del sistema, bajo seudónimos y sin tener la capacidad desde el establecimiento, de poder saber quién lo ha escrito. Y a todo esto Tripadvisor nos pone de rodillas para poder hacer frente a críticas que a veces, y solo a veces, nos sirven para mejorar algo, cuando en todo caso la mayoría, no tienen ni pies ni cabeza. Tripadvisor, que ahora se verá las caras con las autoridades italianas turísticas, por mala praxis.

No es ni la primera ni la última que ha tenido ya que en Estados Unidos ya fue condenada en su momento. Mi mayor sorpresa es que ahora los turoperadores utilizan las valoraciones de páginas como esta para castigar a los hoteles, forzando bajadas de precios. ¿Qué hacen las empresas turísticas frente a esta situación, y este abuso? “Bajar la cabeza”. Algunos hasta llegan a decir que los barómetros de esta página es parecida a la que ellos tienen en sus hoteles. Lo dicho al inicio de estas letras el sector prefiere quedarse con los conflictos que nos crean estas páginas en la red, así como con la basura que, salvo excepciones, se escribe, y la mierda fertilizante que nos dejan estos comentarios que jamás se retiran de sus páginas y que siguen oliendo muy mal, tan mal como estas empresas amparadas en Internet.