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Girasoles – Por Juan Carlos García

   

Entre los vastos campos de girasoles sobresale un puñado de cabezas de personas. Protegidas con cascos se mueven alineadas en la misma dirección con un movimiento rítmico. La altura de la plantación oculta el motivo de su esfuerzo. Esta imagen, en pleno mes de julio y observada en la distancia, sugiere un pequeño pelotón de ciclistas en una de las clásicas etapas del Tour por la campiña francesa en su camino hacia París. Más de cerca, la escena emitida por televisión, cobra todo su realismo. Se trata del personal de emergencia que traslada, caminando entre los girasoles, los cuerpos sin vida de las víctimas de un avión comercial derribado por un misil en el sureste de Ucrania. La flor del girasol, fotogénica como la que más, es conocida por su peculiar manera de orientarse durante todo el día hacia el sol. Con esa misma disposición de encarar los rayos solares, Israel ha desplegado toda su tecnología para desarrollar lo que por aquellas tierras se conoce como girasoles gigantes. Espejos y lentes ópticos de gran tamaño que se mueven siguiendo el sol, cuya luz es absorbida para generar electricidad. Dicen que es el futuro del aprovechamiento solar. ¿A qué esperan los cabecitas de esta sociedad canaria para estudiar y tener en cuenta estos girasoles gigantes? Repsol ya ha puesto fecha para empezar a horadar el lecho marino próximo a Canarias en busca de petróleo o algo que le reporte réditos. Estos dos actores del concierto internacional, como muchos otros, y desde ángulos distintos, se miran en otros espejos. Necesitan otros lentes. Vecina a Israel lucha por la vida Gaza. En esta franja de tierra, como en otras franjas de la Tierra, crecen los ciudadanos como girasoles ciegos. En la oscuridad más absoluta. A falta de una luz se hallan inmersos en la desorientación. Se sienten perdidos. Sin saber dónde ir. Así, como los girasoles ciegos se sintió ese periodista que hace unos días, en directo, derramó lágrimas de emoción en impotencia delante de la cámara mientras detrás de él las bombas israelíes seguían destrozando civiles en Gaza. Aquí, en Canarias, como en la Península, en otro ámbito distinto al bélico, siguen creciendo girasoles ciegos por mucho que el sol caliente.