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La remodelación de Gumersindo – Por Norberto Chijeb

   

El abandono de Javier Rivero (2003-2014), uno de los concejales más jóvenes del actual grupo de gobierno de Candelaria, de las delegaciones de Hacienda, Comercio, Turismo, Industria y Sanidad, ha abierto un debate en el seno de los socialistas candelarieros, como el propio alcalde reconoció hace unos días.

La necesidad de renovar un equipo que lleva casi tres mandatos en el poder es asumida por todos como necesaria para aspirar a seguir en el gobierno municipal con mayoría absoluta o al menos cerca de ella. Ya en las últimas elecciones, la plancha encabezada nuevamente por José Gumersindo García Trujillo perdió dos concejales y renovó la mayoría absoluta por la mínima. Hoy, el debate en las filas socialistas, es si esa remodelación es conveniente hacerla durante el presente curso, es decir, en el último año de mandato, o agotar éste y preparar el tránsito de cara ya en las próximas elecciones.

Lo que si ha quedado manifiestamente claro es que habrá remodelación profunda, porque esta misma expresión utilizó el líder de los socialistas candelarieros el viernes, aunque curiosamente no quiso desvelar que él será quien gobierne ese cambio generacional en el partido en Candelaria.

Hay opiniones para todos los gustos, pero ya hay quien ha expresado su deseo de no continuar en la vida política (Jorge Baute y Francisco Pinto, seguros, así como Olivia Pérez o Cecilia Otazo), partidarios de dar entrada a la gente joven del partido desde ya, por ejemplo a Airám Pérez Chinea y Silvia Vanesa García Gómez, que iban en los puestos 12 y 14 de la última lista electoral, en donde por cierto, 10 de los 21 candidatos, de ellos siete mujeres, iban como independientes, lo que habla a las claras que la afiliación socialista en Candelaria está bajo mínimo.

Nada nuevo si atendemos a la poca vida que desarrolla en partido en el municipio, con una sede en donde destacan las telas de araña, aunque también es verdad que José Sindo, como llaman al alcalde sus más allegados, siempre ha apostado por rodearse de buenos gestores y de conocidos en los pueblos, antes que de tirar del carnet del PSOE. Algo que seguro volverá hacer en 2015.

Precisamente, ese detalle, el de los conocidos, es el que juega en contra para que se haga la transición dentro del actual mandato, porque muchos vecinos podrían entender como una traición el hecho de que abandonen antes de mayo de 2015. Porque Candelaria no deja de ser un pueblo grande compuesto de pueblos pequeños y aquí, en estos pueblos de las medianías, se vota descaradamente más al vecino que al político, y así se entiende, por ejemplo, los votos que Baute recibió en Araya -a pesar de ser Nazaret Díaz, la cabeza de lista de CC- o los que suma Ramón Gil en Las Cuevecitas, o Domingo Ramos y Paco Pinto, en Barranco Hondo, o hasta si quieren, los de Mary Brito, en Igueste. Las cuotas de los pueblos y barrios importan e importan mucho.

Así y todo, hay quienes insisten en la necesidad de que antes del final del mandato, el alcalde haga el movimiento necesario para que entre savia nueva para que se pueda rodar y darse a conocer de cara al asalto a una nueva mayoría absoluta, porque todos los indicios apuntan a un fuerte revolcón electoral en Candelaria, con subida de los pequeños partidos, ahora sin representación, y bajada acentuada de los tres grandes, porque la oposición, lamentablemente, a excepción de Sí se puede (una concejala), tampoco está para tirar cohetes (aquí, voladores).