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La Laguna llora a su poeta: Arturo Maccanti – Por Fernando Clavijo Batlle

   

La Laguna es de quien la ama y de quien la siente. Y todo aquel que ame y sienta La Laguna merece llamarse lagunero, aunque no haya nacido en esta ciudad. Arturo Maccanti Rodrigues, que nos ha dejado el pasado jueves, es lagunero por derecho -no solo hijo adoptivo- porque en La Laguna pasó una parte importante de su vida, porque aquí están su familia, sus amigos y porque, por encima de todo, mantuvo siempre el mismo sentimiento de bondad, generosidad y amor hacia sus calles y rincones que cuando llegó a la Isla, hace ya más de medio siglo.

Los laguneros nos hemos sabido, también, privilegiados, por la enorme suerte de haber podido tenerlo entre nosotros y de que, siendo, como era, un hombre universal, un ciudadano del mundo que guardaba lo mejor de cada cultura que lo habitaba, eligiera quedarse en un lugar, pequeño al fin, pero insustituible para él, que lo quiere, lo admira y lo respeta.

Cuesta hablar de Arturo Maccanti en pasado, pero asumiendo que no está entre nosotros, no debemos olvidar que las calles de La Laguna, su Guerea mítica, su territorio literario, nunca hubieran sido las mismas sin su presencia, sin su mirada limpia y única, que se ha posado sobre la atmósfera, sobre los detalles de un lugar que siempre es el mismo y siempre distinto, para retratarlos y hacerlos aún más valiosos.

No habrá palabras ni discursos que puedan agradecer el legado que Maccanti deja a las generaciones futuras de canarios y canarias. Su obra, por encima de todo, y su pensamiento. Pero también su ejemplo de vida sencilla, de hombre que caminaba, atento, afable, y que, aún sabiéndose distinto siempre trató a todos por igual.

Hace unos meses recibía un reconocimiento público al que nos sumamos, que tuvo un valor enorme, por haber partido de sus convecinos, de quienes saben el honor inmenso que ha supuesto compartir espacio, vida y aire con uno de los mejores poetas de los últimos tiempos, Premio Canarias y referencia ineludible de la cultura de esta tierra que fue siempre, además, sencillo y humilde. Allí, cerca de su casa en el entorno de la Concepción, quedan su imagen, en bronce y su presencia, en recuerdos. Y en nosotros la huella imborrable de su existencia.

Arturo Maccanti vistió a esta ciudad universal de un ropaje perfecto, la cuidó, amó, vivió y paseó como nadie lo ha hecho. Y quiero agradecerle en estas palabras tantos buenos momentos de poesía, tanta generosidad y tanta implicación en la vida cultural de La Laguna.

Arturo Maccanti se rindió a esta ciudad y esta ciudad se rinde ante él para mostrarle el testimonio de su agradecimiento eterno. Vayan, en representación de la Corporación de San Cristóbal de La Laguna, de este municipio y de sus habitantes, nuestras más sinceras condolencias a su familia, nuestro respeto, consideración y cariño. Descanse en paz.

*ALCALDE DE SAN CRISTÓBAL DE LA LAGUNA