X
nombre y apellido >

Richard Attenborough – Por Luis Ortega

   

Notable de la cinematografía mundial desde 1982, cuando su obra más famosa, Ghandi, copó premios en todos los certámenes de América y Europa y compensó, con creces, sus nueve años de preparación y trabajo con el Oscar a la mejor película y dirección, y otras seis estatuillas de la Academia de Hollywood que distinguieron al mejor guión original (John Briley) y al mejor actor (Ben Kinsley) y, además, la fotografía, montaje, sonido, dirección artística, vestuario y maquillaje. La rigurosa biografía del líder de la independencia hindú triunfó también en los Globos de Oro y los Bafta de ese año. Tras de ese hito se conoció una sólida y esforzada carrera de fondo, con ochenta títulos como secundario de lujo, protagonista y director; en esta faceta dejó doce filmes, algunos tan sobresalientes como Grita libertad, Chorus Line, Chaplin, Cerrando el círculo, Buho gris y Tierras de penumbra, sobre todos. Fue el mayor de tres brillantes hermanos -David, célebre naturalista y John, ejecutivo de multinacional, ambos fallecidos- y se graduó en la Real Academia de Arte Dramático. Desde 1941 trabajó en el teatro -actividad que compatibilizó toda su vida- y, descubierto por Noel Coward y David Lean, participó en Sangre, sudor y lágrimas. Destacó en el Reino Unido y en el Continente con Historia de una cobardía (1947), sobre la novela homónima de Graham Greene. Los productores y directores más exigentes buscaron a Richard Attemborough (1929-2014) por sus condiciones insuperables para los textos clásicos y los papeles de truhán “con cierta dosis de conciencia”; e, incluso, por su físico de hombrecillo común, tierno o misterioso, siempre capaz de sorprender, que aportó cotas inolvidables al thriller, las aventuras, el drama social y la comedia romántica. Influyente intelectual, reconocido por Su Graciosa Majestad con el título de Lord y la baronía de Richmond-upon-Thames, fue un actor soberbio, tanto por intuición como por talento, capaz de acomodarse a cualquier carácter y un director completo, tan talentoso en la elección de los temas y la construcción de las historias, como meticuloso en los procesos de producción, rodaje y montaje. Firmó obras maestras como realizador (las más ambiciosas superproducciones británicas, muchas sobre temas históricos) e inolvidables actuaciones de reparto y de cabecera de cartel, “obediente y perfectamente adecuado a las instrucciones de sus colegas, con la misma profesionalidad con la de las grandes estrellas” que estuvieron a sus órdenes.