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El 103 – Por Máximo Martín-Travieso

   

Nervios en el estómago. Apenas pude pegar ojo la noche anterior. Me sentía desubicado en la línea de salida. Por delante tenía los 10 kilómetros de la Haría Extreme Starter. No hace falta que me lo digan, para muchos de ustedes esa distancia es poco más que el calentamiento. Para mí suponía todo un reto. Nunca había participado en una carrera de montaña. Ni siquiera podía imaginar que mi debut fuera en una prueba tan importante, pero había llegado el momento de comprobar si todos los buenos consejos de Darío Dorta, el gran coach, habían servido para algo. Mi objetivo era llegar a meta y disfrutar por el camino. Conseguí las dos cosas. El tramo de subida no me costó demasiado. Se formó un embudo y lentamente ascendí en fila india, como el resto de doscientos y pico participantes. La bajada es otra cosa. Pude apretar un poco, pero no mucho. Muchas zonas las descendí caminando y con cuidado, ante el riesgo de dejarme los dientes en las piedras. No era cuestión de meterme un buen lomazo el primer día. Tardé una hora y 15 minutos en llegar a meta y al final los 10 kilómetros se me hicieron cortos. Eso era lo importante. Llegar sin pasarlo excesivamente mal. El puesto era lo de menos, el 103, lo mejor es que me quedé con ganas de más.