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Canarias va perdiendo – Por Rafa Muñoz Abad

   

El día que Marruecos quiera pondrá en jaque al sector turístico canario. La infinita playa virgen que va desde Agadir hasta Villa Cisneros, Dakhla para los saharauis, es un espectáculo natural y una industria del ocio en potencia. Bien sea por el contencioso del Sahara occidental o por razones que escapan a mi corto entendimiento, es un filón que Rabat aún no se ha lanzado a explotar. Algo similar ocurre con la “conflictiva” existencia de una bolsa de crudo entre ambas orillas. Incertidumbre que nuestro vecino quiere aclarar mientras aquí discutimos el sexo de los ángeles. Canarias va perdiendo o al menos está muy cerca de hacerlo, la partida por el posicionamiento de cara al África inmediata. No me vale la verborrea charlatana y vacua de nuestros enanos políticos que de esto, casi nada saben, pues aún recuerdo la visita de alguno, en plena avalancha de cayucos, preguntando que donde estaba la Mauritania esa… La verdadera plataforma tricontinental no somos nosotros; lo son los puertos de Le Havre, Marsella o Rotterdam; herencia [monopolizadora] del pensamiento poscolonial. Sólo en la avanzadilla del puerto de Las Palmas -donde al parecer se piensa de manera más visionaria que en Tenerife- se puede hablar de acceso a los mercados africanos. Es cierto que invertir en África es arriesgado pues conlleva dudas relacionadas con la seguridad jurídica y la estabilidad institucional. Factores capitales para el empresario; pero a la vez, no es menos cierto que ya no Canarias, si no el Estado, deja pasar una oportunidad única: ¿Es tan descabellado sacar al Archipiélago, a una isla, o incluso una ciudad portuaria del regimen de las autonomías y dotarla de una fiscalidad alegre? Estilo Gibraltar, Jersey o Aruba. No lo sé. El pensamiento fiscal español es una frígida que poco ha evolucionado desde las haciendas de Felipe II; con razón nos echaron de Flandes a patadas. Mientras nosotros subíamos impuestos ellos ya hablaban de empréstitos y valores. A veces pienso que si en la plaza de España ondeara la Union Jack o la enseña holandesa, quizás Canarias tendría otra realidad más lucrativa y sería ya desde hace décadas la gran puerta de entrada al África occidental.
CENTRO DE ESTUDIOS AFRICANOS DE LA ULL.
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