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Cartel de Carnaval o el arte de molestar – Por Carlos Cruz*

   

“No conozco la clave del éxito, pero sé que la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo”. Frase atribuida al gran actor y director Woody Allen que perfectamente podría haber pronunciado Fernando Ballesteros, concejal de fiestas del ayuntamiento de Santa Cruz, el día de la presentación del cartel del Carnaval 2015 bajo asignación del ayuntamiento al artista chicharrero Fernando Tosco. Mientras que en otras presentaciones del cartel del carnaval electo bajo votación popular la presencia de esta en las redes apenas destacaba sobre pequeñas noticias del CD Tenerife, el pasado 24 de septiembre las redes sociales echaban humo con hashtag como ‘#cartelcarnaval, #carnavaltenerife, #carteldeltiempo y otros menos relevantes. Esto provocó varios efectos curiosos. El que menos, su alcance regional a usuarios. Predecible dada nuestra familiaridad directa con los carnavales prácticamente en todas las islas. Sin embargo, hubo un efecto inadvertido, insospechado. Hablamos del alcance nacional y mundial que repercutió el cartel del carnaval 2015. Hablamos de ese alcance cerca de un millón de usuarios sólo en Twitter. Hablamos del arte de molestar rentable. Hablemos pues de esta peculiar herramienta del marketing muy rentable pero sumamente delicada. Ser escuchado, mediante campañas publicitarias, es cada vez más caro y menos molesto porque simplemente pretenden caernos bien. No obstante, el resultado de este caso tinerfeño ha sido sumamente productivo. EL mundo conoce un poco más nuestros carnavales de la manera más rentable posible. Todo simplemente por molestar de la manera adecuada. Ya lo definió muy bien Toscani en los ochenta: “La mayor campaña de publicidad de la historia de la humanidad fue la de Jesucristo. Lanzó un eslogan universal: “Amaos los unos a los otros”. Y un logotipo formidable: la cruz. […] Pues si Jesucristo y su agencia los Apóstoles desarrollaron la mayor campaña de la comunicación de todos los tiempos, no fue principalmente con una imaginería respetuosa y vendedora de felicidad. ¡Todo lo contrario! Un hombre clavado”. Como toda herramienta, puede ser arma de doble filo. Un paso en falso y la imagen de X empresa se verá perjudicada con repercusiones imborrables en Internet. Podríamos extendernos bastante sobre esta técnica del marketing pero, ¿no todo es molestar no creen?

*SOCIMENT S.L.
@carloscruzubach