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El vector que transmite la malaria se ha detectado ya en España

   
María Dolores Bargues, ayer, durante su intervención. / DA

María Dolores Bargues, ayer, durante su intervención. / DA

DIARIO DE AVISOS | Santa Cruz de Tenerife

La malaria genera 207 millones de casos al año en todo el mundo, de los cuales un 89% son niños africanos. Se trata de una enfermedad endémica que se trasmite por la hembra de un determinado mosquito que ya se ha detectado en España. No obstante, gracias a la red de alarma del sistema sanitario español y a las condiciones del mismo, es improbable que se generara en nuestro país una epidemia de esta enfermedad. Estos datos los recordó ayer la catedrática de parasitología de la Universidad de Valencia, María Dolores Bargues en la sesión Aspectos ambientales del desarrollo africano, que tuvo lugar en la sede de la Real Sociedad de Amigos del País dentro del foro Campus África, que se celebra en La Laguna hasta el 10 de octubre.

En la sesión participaron el catedrático emérito de Botánica de la Universidad de La Laguna (ULL), Wolfredo Wilpred de la Torre; el catedrático de Ecología de la ULL José María Fernández-Palacios; y el presidente de la Federación Internacional de Medicina Tropical Santiago Mas Comas. Tras las conferencias tuvo lugar una mesa redonda coordinada por el periodista de El País Javier Salas.

“La malaria es una enfermedad parasitaria que está causada por unos protozoos y hay cinco especies que afectan a los humanos”, recordó la catedrática. España quedó libre de malaria en el año 1964. Sin embargo, en los últimos años se han detectado personas con esta enfermedad en el país (unos 400 casos al año aproximadamente), pero relacionados con turistas e inmigrantes que provienen de estos países. La experta recordó que “la malaria se adquiere a través de un mosquito con hábitos nocturnos y la picadura es mucho mas intensa donde las hembras tienen una vida más larga”. “De esa manera, el parásito madura en el interior del humano y produce la patología”, dijo Bargues, quien recalcó que la infección por malaria tiene mucho que ver con el clima. En los últimos años se han hecho muchos avances con respecto a esta enfermedad y en el control del vector. “España es un país que ha recibido a mucha gente proveniente de zonas endémicas, por lo que se han detectado casos de malaria. Además, ya se ha localizado la existencia de estos mosquitos que la trasmiten especialmente en los deltas de algunos ríos de la zona mediterránea. Sin embargo, sería muy difícil que se produjera una epidemia como ocurre en los países endémicos de la enfermedad. “Nuestro sistema sanitario respondería de una manera mucho más efectiva, lo que impediría que se produjera un problema de salud pública”, apostilló. Pese a estas afirmaciones, la experta recordó que como las condiciones ambientales de Europa están cambiando, hay que tener un especial control de estas patologías no endémicas y erradicadas en algunos casos porque pueden convertirse en un problema. “Podemos decir que Europa está en riesgo ante la malaria”, aseveró la experta.

Con respecto al cambio climático, el presidente de la Federación Internacional de Medicina Tropical, Santiago Mas Comas, remarcó: “El cambio climático es algo mucho más complejo de lo que creemos todos, porque casi todos los organismos afectados son virus, bacterias o protozoos. Dentro de este grupo, las enfermedades más afectadas por el cambio climático son aquellas que utilizan vectores y las que saltan de animales a los humanos”. Insistió en que el cambio climático unido al trasiego de personas y animales entre continentes hace que algunas enfermedades como la leishmaniasis, la enfermedad de Chagas y otras tantas patologías tropicales se hayan producido en zonas de Europa o de Estados Unidos . El catedrático de ecología José María Fernández-Palacios reflexionó sobre el cambio climático en África y recordó que en el continente vecino se dan dos condiciones: la mayor diversidad con el menor desarrollo de los países. La mayor amenaza de la biodiversidad en la zona es la demanda de los recursos minerales como uranio, oro, diamantes y de ciertos elementos como la madera. Esto se une a las guerras, la deforestación y hace que aumente la vulnerabilidad medioambiental de África