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Lisa Batiashvili: violín – Por Estrella Ortega

   

El segundo Concierto de Abono de la Orquesta Sinfónica de Tenerife, dirigida por su director Artístico Michal Nesterowicz tuvo como protagonista a la violinista Lisa Batiashvili, ganadora de numerosos premios y de reconocido prestigio internacional.

El programa fue diseñado con el Concierto para violín y orquesta en Re mayor, Op35, de Piotr Ilyich Chaikovsky y la Sinfonía nº6 en La menor Trágica, de Gustav Mahler.

Se inició la velada con el único concierto para violín y orquesta que escribió Chaikovsky que ya desde el principio nos conquistó, porque la música de este compositor es a la vez una mezcla de lirismo, dramatismo y vivacidad que sin dudar tienen magia. Lisa Batiashvili toca un violín Joseph Guarneri del Gesu de 1739, prestado por un coleccionista alemán que posee un bellísimo sonido, pero que sería mudo, si la intérprete no fuera capaz de sacarlo del instrumento, apoyándose en una estupenda articulación y sólida técnica, que explota con solvencia en esta virtuosísitica pieza en la que cabe y exige nervio, racionalidad, claridad e intensidad, con unos tiempos diabólicos que jamás suponen mermas en la claridad de la articulación ni en la luminosidad de su fraseo.

El público, encantado, aplaudió con énfasis durante varios minutos. Una nueva intervención de la violinista fue el elegante gesto de su agradecimiento.

Después del descanso la larga y profusa partitura de Gustav Mahler ocupó completamente la segunda parte. Escuchamos una lectura muy cuidad en cuanto a su rotundez por idiomatismo y contrastes, potencia y lirismo. Los tutti alcanzaron una absoluta plenitud sin distorsiones, y los momentos lentos estuvieron llenos de una densa y profunda poesía. Afortunadamente, parece que nuestra formación ha recuperado tanto su concepción musical como la consecución de su especial sonoridad.