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Adiós, 2014

   

Por encima de Bildu y a punto de acercarse al PNV. No es ninguna inocentada el ascenso de Podemos en el País Vasco. Los cambios de mentalidad van en serio, pero no sabemos si los que se autoproclaman hacedores de los mismos están a la altura de la mayoría de los ciudadanos. Desde luego, en Euskadi, muchos preferirán a Podemos que a los de la izquierda radical abertzale en cuanto a ideología, otra cosa es que el discurso económico de los que se erigen en representantes del cabreo popular sea el idóneo. Lo que hemos podido conocer de las propuestas económicas de Monedero y compañía parecen más bien un decálogo marxista trasnochado que una alternativa real a la actual situación económica. Serán los dos millones de vascos los que tengan la última palabra en los próximos meses. El baile ha comenzado y, en Bruselas, los tonteos de González Pons con los chicos de Podemos le están generando celos a los socialistas, que han decidido apostar por volver a clavarse el aguijón en lugar de reforzarse para el año electoral. Ahora, Susana Díaz ha enseñado la patita para demostrarle a Pedro Sánchez que la guapura no lo es todo y que, o despunta en las encuestas, o ella se sube al AVE de Sevilla a Madrid para ponerse al frente del que fuera histórico partido de Pablo Iglesias -no confundir con el actual-. En el PP de Génova han decidido apostarlo todo a que la situación económica mejorará y que los otros partidos lo van a hacer mucho peor que ellos; ese es su programa. Cuentan con el visto bueno europeo, que dirigen los alemanes, pero habrá que seguir mirando de reojo a Grecia y a algún partido radical francés que ya está tardando en retirar su discurso homófobo. Por las Islas, el año se despide sin que sepamos si Repsol ha encontrado petróleo, sin conocer a los candidatos oficiales de CC y del PP, aunque ahora mismo Clavijo y Soria parezcan los elegidos. El año también termina sin que muchos periodistas hayamos estudiado para jueces, pero condenamos a los imputados con la misma contundencia que alguno de ellos lo haría simplemente porque nos caen mal o no compartimos su ideología. Pidámosle al 2015 que nos traiga cordura, buen gobierno, justicia y sentido común a la clase política, a la prensa y al sistema judicial, para que no se olviden de que todos sirven a los ciudadanos, a la sociedad, y no a sus propios intereses o ideas.