Como Pedro por su casa

Jugadores, técnicos y patrocinadores posaron en la foto de familia previa al partido. / FRAN PALLERO

En medio de la vorágine de actos solidarios que tienen lugar en las fechas navideñas, el partido benéfico Amigos de Arico, organizado por la Concejalía de Deportes del Consistorio sureño, se ha ganado a pulso el reconocimiento por su carácter benéfico, por su excelente organización y por servir de homenaje del pueblo de Arico a Pedro Rodríguez.

El futbolista del FC Barcelona encontró hueco en su poblada agenda para compartir unas horas con los jóvenes del municipio donde creció tras ser amamantado en San Matías (Taco). Y lo hizo como siempre, con humildad, con esa modestia que lo convierte aún en más grande y con una sonrisa, la suya, que propició la sonrisa de los demás. Pedro atendió todas las peticiones de fotos y de autógrafos del cerca del millar de personas que se citaron en el campo municipal de Arico Nuevo.

Vestido de corto, el campeón del mundo tinerfeño también agradeció el calor que encontró entre los habitantes de su municipio. “Esta es mi segunda casa”, dijo Pedro antes de realizar el saque de honor y marcar un simbólico tanto desde el centro del campo. Luego se retiró al banquillo al no tener permiso de su club para participar en este tipo de partidos.

A los asistentes no les importó demasiado no verlo sobre el campo. Es más, muchos lo agradecieron porque así pudieron acceder con mayor facilidad a la fotografía con la que llevaban soñando desde hace semanas. Su baja le puso al alcance de todos y así nadie se quedó sin su recuerdo. Sobre el campo quedaron ilustres como Cristo Marrero, competitivo como siempre; los hermanos Eliezer y Pedro Gutiérrez; el campeón mundial de kickboxing Zeben Díaz; Jacinto, del Uruguay Tenerife, o el ya retirado David Dorta.

Desde la grada siguió el compromiso solidario el alcalde de Arico, Juan José Armas, y desde dentro del campo lo hizo el concejal responsable de Deportes, Andrés Martínez, el impulsor de una iniciativa preciosa con la que los niños del municipio volvieron a disfrutar.

El resultado fue lo de menos, como suele suceder en estos casos, pero el espectáculo sí estuvo garantizado. Pese al carácter amistoso del compromiso, los jugadores se lo tomaron en serio por respeto a una organización que no dejó ningún detalle al azar para que Pedro estuviera como en su casa.