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Un discurso muy breve – Por Cecilio Urgoiti

   

Hemos pasado del tradicional “…la reina y yo” o del “estamos llenos de orgullo y satisfacción”, a este nuevo discurso de Nochebuena, por cierto muy breve, con un “quiero, en primer lugar, daros las gracias por abrirme vuestras casas”, para luego recalcar “…y a lo largo de estos últimos meses me habéis rodeado de vuestro respeto, afecto y cariño. Sinceramente, me he sentido querido y apreciado y os lo agradezco de corazón. Y tengo que deciros también que he visto ilusión en muchos de vosotros”. También he leído esta frase del viejo profesor Tierno Galván, que ha de venirle al pelo como respuesta a ese punto y aparte de su discurso: “Ser humano exige ver lo perecedero y el mismo perecimiento como elementos de nuestra propia condición”. Si cambiamos perecedero por un sinónimo como fugaz o efímero o, incluso, transitorio, la cosa cambiaría. Pero vamos al texto, donde me pregunto: ¿Quién, en primer lugar, le ha abierto la casa? Pues no he oído a nadie decir tal cosa y tampoco sé quiénes son los que le miran con cariño, aunque entiendo que algunos habrá que lo hagan, o por adulonería o por si cae un condado, marquesado u otro título genealógico, que para todo hay en esta nuestra tierra de tiralevitas. En mi sentir, la alocución del rey nuevo es una acción vacía, que hace una institución caduca. Y si se me permite, si el rey reina pero no gobierna y todo cuanto manifiesta ha de ser refrendado por los miembros de gobierno, ¿a qué esta comedia? El mensaje primordial ha sido orientado a perpetuar la Constitución del 78. De la sociedad dependerá si eso ocurre. Lo correcto con su llegada debería haber sido solicitar al gobierno un referéndum sobre monarquía o república. Ahora vamos a la imagen; se ve un cambio en la escenificación de la alocución monárquica. En vez de Belén, una flor de Pascua. El centro de la imagen es él y todo es él. Lejos, un árbol de Navidad, sensación de laicismo pero la natividad está presente. Manifestó que “hay que regenerar la vida pública y combatir la corrupción”. Ahí nos ponemos de acuerdo todos muy fácilmente. Claro que buscábamos una referencia a su hermana y cuñado. Pasó de ellos generalizando toda la corrupción. Pero se tiene una sensación de ruptura con la anterior Casa Real y aunque hay hasta una fotografía de los reyes anteriores o antiguos y una referencia fugaz, recalca en la despedida: “Gracias nuevamente por escucharme esta noche y muchísimas felicidades en nombre de la reina, de la princesa de Asturias y de la infanta Sofía”. Quiere dejar claro que lo demás es historia. Son palabras vacías, un discurso tradicional muy escenificado para una institución mal situada, con una imagen de rotunda fortaleza que en los manuales siempre se evita. Y mientras, el presidente del Gobierno hace balance de 2014, “sustancial para el empleo”, y augura que 2015 será “mucho mejor”. Mariano Rajoy nos exhorta en su intención de presentarse como candidato a las generales y evita pronunciarse sobre un pacto electoral con el PSOE, pero se notan los guiños a la unidad del bipartidismo.