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Los vigilantes invisibles

   
La gripe es una de las enfermedades más contagiosas que existen, ya que se transmite por vía aérea. / DA

La gripe es una de las enfermedades más contagiosas que existen, ya que se transmite por vía aérea. / DA

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

Malestar general, fiebre alta, congestión nasal, mucosidad… Cada año millones de personas en todo el mundo se enfrentan a los síntomas que provoca un enemigo microscópico y de procedencia animal que está considerado como uno de los principales problemas de salud pública en el planeta. Se trata de la gripe, el virus que más muertes ha causado en el mundo desde que fuera descrito por primera vez por el médico griego Hipócrates, hace 2.400 años. Para combatirlo, además de vacunas y fármacos con mayor o menor eficacia, existe una primera barrera de vigilancia que suele pasar desapercibida, pero que ofrece una información básica a la hora de combatir la enfermedad. Es la denominada Red de médicos Centinela de la gripe, que se creó en los años 50 en Gran Bretaña. En Canarias está formada por 15 profesionales de Atención Primaria (entre ellos, cinco pediatras), que son los encargados de determinar la incidencia del virus en nuestro sistema de salud y de facilitar datos para prevenir y combatir una posible pandemia.

El responsable de esta red en la Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias es el doctor Lucas González Santacruz, quien explica que estos centinelas “proporcionan información diaria, en base a los mismos criterios diagnósticos, lo que evita la dispersión y los errores, algo que no se puede garantizar, por ejemplo, en el caso de las enfermedades de declaración obligatoria”. Además, los médicos que la conforman toman muestras de algunos pacientes y una serie de datos, como sus síntomas, fechas de inicio de los mismos, la edad, los factores de riesgo, si están vacunados, etc. En definitiva, “la Red Centinela obtiene una pequeña radiografía de la realidad, pero con más información que la que ofrecen otros medios o redes de detección”, destaca el epidemiólogo.

Lo obtenido por estos vigías del virus permite saber, entre otras cuestiones, cómo está yendo la epidemia, porque se extraen datos que se unen a los que se ofrecen a nivel nacional e internacional, lo que “nos ayuda a caracterizar el virus y saber cómo funciona”. Y, en conjunto, todas estas muestras forman parte de la “colección actualizada” que elabora la Organización Mundial de la Salud (OMS) anualmente, que sirve para elaborar la vacuna del año siguiente, que se realiza en función de los virus que han estado circulando durante cada temporada, especialmente al final de la misma.

La ‘desventaja’ frente al ébola
Salud Pública alerta de que el virus de la gripe puede llegar a ser mucho más peligroso y mortífero que, por ejemplo, el del ébola. El motivo, que se transmite por vía aérea y no por contacto directo con los fluidos, como lo hace el ébola. Los expertos dejan claro que, básicamente, la gripe es una enfermedad que tiene todo su ecosistema explosivo en las aves, en las que se dan más de 100 variantes del virus. Todas ellas pueden encontrar el camino para hacerse contagiosas entre los humanos, como ocurrió en 2005 con la gripe aviar.

El resultado final de esas vacunas, en cualquier caso, no es eficaz al cien por cien, “porque nunca podemos estar completamente seguros de qué tipo de virus va a circular cada año, aunque sí realizamos la vacuna en base a la mejor información posible”, subraya Lucas González. La Red Centinela canaria se expande por las cinco islas de mayor población, y los médicos que la forman se reparten de forma estratégica por todo el territorio insular. “El objetivo es ofrecer una perspectiva general de lo que ocurre en Canarias, no en cada isla. Entre otras cuestiones, porque no se pueden comparar unas con otras. Pero sí nos da una representatividad significativa del comportamiento del virus cada temporada”, denota el epidemiólogo de Salud Pública, quien asegura que en Canarias “las ondas epidémicas son más lentas que en la Península y los casos no se concentran en 4 o 5 semanas, sino que pueden llegar a repartirse a lo largo de 8 o 9”. También tiene unas peculiaridades y variables, como puede ser el efecto del turismo, ya que es una enfermedad que se transmite por vía aérea. “Una vez que el viajero infectado ya ha llegado, la transmisión depende de los ambientes en los que se desarrolla. Por eso, es más frecuente en los ámbitos escolares, donde la incidencia es mayor que en otros entornos. La Red de médicos Centinela, precisamente, se dedica a recoger la edad del paciente y la incidencia en el cupo de cada facultativo. Aun así, la gripe sigue siendo más grave en mayores de 65 años y personas con patologías crónicas y factores de riesgo, aunque tenga mayor incidencia en pediatría”, expone Lucas González.

En la campaña de seguimiento, que empieza en octubre y dura hasta mayo, los profesionales registran todos los casos de gripe que semanalmente ven en sus consultas. Se contabilizan siguiendo una serie de parámetros y se toman muestras del sudado nasal y el de faringe, para aislar el virus. Esas muestras se mandan al laboratorio de referencia del virus de la gripe en el Archipiélago, que se encuentra en el Servicio de Microbiología del Hospital Doctor Negrín, donde se aíslan y tipifican.

La gripe no es una de las enfermedades con mayor mortalidad, pero sí de las que tienen mayor impacto socioeconómico. Por un lado, está el impacto del absentismo laboral porque, por ejemplo, puede hacer que se paralicen intervenciones quirúrgicas si un miembro del equipo de quirófano no va a trabajar porque está enfermo; y, en situaciones de epidemia o de pandemia, podría llegar ser un problema muy grave para un país, algo parecido a una huelga general sin servicios mínimos”, concluye el responsable de la Red de médicos Centinela de las Islas.

Las aves, el ecosistema explosivo que ha generado las pandemias más terribles

J. L. C. | S/C de Tenerife

El jefe del Servicio de Epidemiología y Prevención de la Dirección General de Salud Pública del Gobierno canario, Domingo Núñez, asegura que “el reservorio natural de los virus de la gripe son las aves, y solo en determinadas ocasiones dan el salto al ser humano o a otros mamíferos”. Cuando esto se produce se inicia un periodo de invasión por parte del virus, que en el caso de los humanos es lo que se conoce como una epidemia o pandemia de gripe. Domingo Núñez, uno de los mayores especialistas de nuestro país en esta materia, expone que existen tres tipos de virus de la gripe, A, B y C. “El A es el que más nos preocupa, porque tiene mayor capacidad de mutaciones y aparición de nuevas combinaciones entre los distintos subtipos que circulan entre las poblaciones animales. Todas estas preocupaciones, como las que hubo en el caso de la gripe aviar o la más reciente del subtipo H1 N1, nos obliga a hacer una vigilancia permanente y cercana de lo que está sucediendo con los virus y cómo se comportan las ondas epidémicas anuales”. Por este motivo, en los años 50 y 60 se crearon las denominadas redes centinela, encargadas de ofrecer información sobre la incidencia y el comportamiento del virus cada temporada. “Con toda esa información que se recibe y se comparte a nivel nacional e internacional, la OMS elabora la propuesta de la composición que tendrá la vacuna para cada temporada, que se suele realizar en torno al mes de febrero para el Hemisferio Norte y en octubre para el Hemisferio Sur”, subraya Domingo Núñez.