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Francisco Giner de los Ríos – Por Luis Ortega

   

La Residencia de Estudiantes de Madrid fue distinguida con el Sello del Patrimonio Europeo como una entidad que es “ejemplo y símbolo de la integración espiritual y los ideales y valores” que configuran la historia del Viejo Continente. Fundada en 1910 por el filósofo y pedagogo Francisco Giner de los Ríos (1839-1915), creador de la colosal Institución Libre de Enseñanza, fue una de las instituciones complementarias de la misma y, sin duda, la más popular en España y la de mayor proyección internacional. La insurrección y la victoria franquista implicó la desaparición de las Misiones Pedagógicas y las Colonias Escolares en 1937; la Junta para la Ampliación de Estudios en 1938; el Museo Pedagógico Nacional en 1941 y, aquella que representaba, “como ninguna, no sólo una corporación de estudiantes y sabios, sino una potencia ética de la vida”. Fue desde su nacimiento y bajo la eficaz dirección de Alberto Jiménez Fraud (1883-1964) una casa abierta a la creación, el pensamiento y el debate interdisciplinar que extendió la instrucción universitaria, provocó la confluencia de las ciencias y las artes y difundió la modernidad en España. La inquietud de sus residentes -con el grueso de los integrantes de la Generación del 27 y, entre otros notables, el científico Severo Ochoa, el pintor catalán Salvador Dalí o el cineasta aragonés Luis Buñuel- y la decidida complicidad de sus visitantes asiduos -Blas Cabrera, Eugenio D’Ors, Miguel de Unamuno, Ortega y Gasset, Manuel de Falla, Alfonso Reyes- rompió el aislamiento y desfase cultural que causó la cansada monarquía y, durante tres largas décadas, abrió la península a la circulación de las ideas y la estética de entreguerras y a la visita de los protagonistas más notables de occidente, desde Albert Einstein a Alexander Calder, de Marie Curie a Igor Stravinsky, de John M. Keynes a Alexander Calder, de Paul Valéry a Le Corbusier, de Walter Gropius a Henri Bergson. En 1989, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas reconoció su papel inmenso y creó una fundación integrada por varios organismos de las distintas administraciones públicas, empresas privadas y cualificados representantes de la política, la economía y la cultura, que mantiene un dignísimo programa de actuaciones, una selecta línea editorial y un proyecto estrella: el Archivo Virtual de la Edad de Plata, cuyo propósito es el rescate y la difusión de los testimonios y documentos de la creatividad española entre 1936, señalado por la trágica Guerra Civil, y 1968, cuando aún faltaba una década para la promulgación de la Constitución que nos rige.