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50 años de radio – Por Leopoldo Fernández

   

A Radio Nacional de España acaban de entregarle en Pozuelo de Alarcón (Madrid) el Premio Especial 2015 de la Academia Española de la Radio, que ha recogido el director de RTVE en Canarias, Domingo Álvarez, como reconocimiento a su labor de medio siglo en las Islas. Y Radio Ecca ha conmemorado el domingo sus 50 años de vida en un acto celebrado en el auditorio de Las Palmas, que contó con la presencia del director de la emisora, Lucas López, y del presidente Rivero. Ambos medios de comunicación vienen realizando una tarea admirable de servicio público que nunca les será recompensada suficientemente, aunque la sociedad sí ha reconocido -unas veces de manera silenciosa; otras mediante galardones y homenajes concretos- su contribución a la convivencia a través de programas de información, formación y entretenimiento. De aquella radio primitiva, vigilada, uniformada, de voces pomposas y severas limitaciones técnicas, hemos pasado a otra vigorosa, libre, de registro impecable y alcance global. Gracias a los profesionales que en cada momento han hecho posible su funcionamiento, la radio ha cumplido siempre, dentro de sus posibilidades, con Canarias y los canarios. El Archipiélago no sería lo que es sin la aportación de la radio, que viene uniendo a familias, trayendo y llevando noticias y alfabetizando y propiciando la formación de miles y miles de conciudadanos en sus distintos cursos y niveles. Es un medio perfecto para satisfacer nuestras necesidades de información, para entretenernos con ese arte de combinar los sonidos que es la música e incluso para deleitarnos llevándonos a mundos de ilusión y fantasía. Como escribí en su día para el libro Oh, la radio, de José Antonio Pardellas, se trata de un artilugio milagroso que nos trae y nos lleva, nos hace reír y llorar, nos da aliento y compañía hasta recordarnos una y otra vez, porque así lo queremos y hasta lo necesitamos, nuestra vulnerable pero extraordinaria condición humana. Compañera siempre fiel e incondicional de nuestros desvelos y de nuestras necesidades, onda milagrosa, teatro del talento y de la idea, consuelo en nuestra soledad, látigo de las desdichas, vector que nos guía hacia el conocimiento del progreso y de la historia, medio y mensaje a la vez, todo eso y mucho más es la radio.