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Guerra aérea – Por Tomás Cano

   

Acaba de comenzar una batalla muy dura entre las compañías americanas Delta, American, United vs. Emirates, Qatar y Ethihad. La primera batalla empezó hace tiempo con el requerimiento de las compañías del Golfo por la liberalización de los cielos en Estados Unidos. En estos momentos la segunda batalla ha pasado del plano político a una batalla dialéctica. Los americanos argumentan que las compañías aéreas de Arabia pertenecen a los estados y, por este motivo, arbitrar “cielos abiertos” sería jugar en inferioridad de condiciones con respecto a sus homólogas las estadounidenses, dado el soporte financiero que reciben.

Pero el desatino de toda guerra no acaba ahí. Las compañías del Golfo se han enzarzado en una cuestión que ha hecho saltar a los CEO de las compañías americanas al manifestar que después del 11-S las compañías estadounidenses recibieron ayudas importantes económicas, independientemente de que cuando están en dificultades pueden acogerse al Chapter 11 de protección para que una compañía aérea no pueda desaparecer. Bueno, igualito que en España. El CEO de Delta dice que es irónico hablar de ayudas recibidas después del 11-S, cuando los atentados se produjeron desde Arabia causando la muerte a más de 3.000 personas. En fin, cuando uno ya no está en primera línea y ve que personas que han sido admiradas entran en esta estúpida guerra, se pregunta si los cabecillas de ambos bandos deberían estar al frente de esas compañías aéreas.

Las compañías del Golfo, por el momento, solo tienen una solución para alcanzar los cielos abiertos de Estados Unidos, y eso precisamente es lo que están haciendo, entrando por ejemplo en IAG. Difícil papel queda por delante para las grandes compañías meterse en el país de “la marmota”, porque sus intereses son muy grandes y sus lobbys también.

Qué pena que estos señores no sean impecables con sus palabras. Impecable viene de “sin pecado”. Hay un gran poder en la palabra. Pero el sector aéreo, igual que otros, siempre se ha caracterizado por ser lobos que se comen a otros lobos.