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Sin pelos en las teclas >

Más perplejidad – Por Cecilio Urgoiti

   

Se refería Indalecio Prieto con estas palabras a Pablo Iglesias: “Lo considero el español más eminente de su época, aunque en política haya habido otros más sabios y tan virtuosos como él. Le superaron en sabiduría y le igualaron en virtudes Costa, Salmerón y Pi y Margall. ¿Pero quién realizó obra más eficaz, extensa y profunda que la suya?”. De aquel socialismo español integrado en la II Internacional de corte marxista ya no queda nada. Todo ha ido desapareciendo, el voraz capitalismo se lo ha arratonado. Recuerdo con mucho enfado cómo Felipe González amagó, y de hecho lo hizo, con irse del partido si no se erradicaba el término marxista de los estatutos. Cosa que en menos de tres meses consiguió. Hoy sigo sin entender cómo se abandonó una filosofía, una sociología, una economía y una razón de ser, como es el marxismo, referente indiscutible del pensar de izquierda. El felipismo ha caminado hacia un liberalismo, rayando el mercantilismo más ortodoxo.

Pedro Sánchez ha vuelto a tomar el rábano por las hojas. Cuando Venanceo, un personaje de Santa Cruz de los 60, se enfadaba con alguien solía decirle: “Tienes la mente carcomida por el microbio de la ignorancia y eres un necio”. Podría ser aplicado al secretario general, que además se empeña en ser parte del aparato de Felipe González, Rubalcaba… Lo que desconoce es que “Roma no paga traidores”. Lo real es que Tomás Gómez no está imputado ni, que conozcamos, citado a declarar. Se le ha acosado por una desviación presupuestaria. Por ese mismo motivo, la mayoría de los ministros, consejeros autonómicos y concejales estarían hoy con la prisión perpetua revisable. Habrá que preguntarse si la señora Valcárcel tendrá el mismo destino que el señor Gómez. Lo cierto es que el socialismo ha perdido el norte, está en vía muerta. De ahí la ilusión que genera en la sociedad ese nuevo paradigma político en boca de todos.

Ese ordeno y mando recuerda otros tiempos y otras formaciones. Entiendo que un secretario general tiene un plus especial a la hora de la toma de decisiones de este tenor, pero ha de venir acompañada de argumentos constatables y no con insinuaciones a medias tintas. Actos de este tipo han de ser colegiados y redactados en actas de ejecutiva. Lo del cambio de cerraduras y el despido de empleados de la forma que se hizo es de caciquismo y autoritarismo. Nunca se verá como socialista y menos en un partido hermanado a un sindicato que instituyó el mismo fundador.

Hace unos meses se celebraron las elecciones europeas, los resultados de Madrid para los socialistas no fueron ni medianamente regulares. En aquel momento había un argumento para actuar, pero no se hizo. Ahora no hay tiempo para primarias. Ahora se ha querido actuar con el mismo dedo que actúa la derecha y luego nos subimos a un atril en campaña electoral y criticamos cómo son elegidos los candidatos del resto de formaciones. Para hacer política, hemos de poner todos los sentidos y no solo ser elegidos y mandar, sin habernos puesto en el otro lado. El mejor político ha de obrar siempre pensando que su conducta deberá servir de principio a una legislación de ámbito mundial.