X
puerto de la cruz >

Lope Afonso: “Defenderé al Puerto toda la vida, gobierne quien gobierne”

   

Foto SERGIO MÉNDEZ

Foto SERGIO MÉNDEZ

GABRIELA GULESSERIAN | Puerto de la Cruz

Es uno de los alcaldables en las elecciones municipales de mayo y lo sabe. Los rumores acerca de que encabezaría la lista del PP local se dispararon hace varios meses, pero fue el sábado 14 cuando el presidente insular del partido, Manuel Domínguez, lo confirmó. No oculta que es un reto que le agrada asumir aunque sus áreas han sido foco de polémica casi desde el comienzo del mandato. Primero, por las dudas acerca de algunas concesiones administrativas, a las que siguieron el rechazo a la nueva tasa de ocupación de la vía pública con el consiguiente enfado de los empresarios, la crisis en el servicio de aguas y la suspensión del mercadillo de la plaza de Europa.

-El PP en Puerto de la Cruz vivió momentos muy complicados en los últimos años por las diferencias internas. ¿La tormenta pasó o quedan latentes viejos rencores?

“Esa etapa se puede dar por clausurada y se escenificó cuando se presentó mi candidatura, donde estuvo presente el presidente del comité local, Sebastián Ledesma, quien además ha sido el artífice de ese momento de transición para conseguir la estabilidad actual”.

-¿Incluirá en su lista a los compañeros que integraron con usted la comisión gestora en 2005 tras la marcha de Luis Gómez, como Pedro González o Ángel Montañés?

“El margen para tomar decisiones en cuanto a la candidatura acaba de empezar, porque mi designación es muy reciente y todavía no estamos barajando nombres concretos. Empezaremos esta misma semana. Hay muchos militantes del partido e incluso simpatizantes que reúnen los requisitos que deben tener las personas que me acompañen en la plancha y por eso no descarto a nadie”.

-¿Qué radiografía hace de Puerto de la Cruz?

“Es una ciudad que está viviendo un momento histórico porque el cambio tan ansiado está cerca o por lo menos se empieza a palpar. Pero dependerá también de la capacidad que tenga la próxima Corporación de hacerlo efectivo. Desde luego, el PP pondrá todo lo mejor de sí para que este momento se aproveche y se pueda producir la recuperación de los valores que encarnaron a Puerto de la Cruz como ciudad pujante y que todos ansían volver a conseguir”.

-¿Cómo portuense es la ciudad en la que le gustaría vivir o le faltan condiciones?

“Ha sido siempre y es en este momento la ciudad que me tiene enamorado y por eso la defenderé toda la vida, gobierne quien gobierne. Pero siendo consciente de los retos y las necesidades que hay que colmar, tengo claras cuáles son las principales tareas que tiene pendientes el Gobierno municipal. A ellas le vamos a sumar el exigir ante otras administraciones que regresen las inversiones que de justicia debe tener el municipio para cumplir ciertos objetivos. Porque cuando la ciudad fue el destino líder en turismo generó riqueza para toda la Isla y, con el devenir de los años y a pesar de las necesidades acuciantes, esa riqueza no ha revertido al Puerto solidariamente. Por lo tanto, es el momento de reivindicarla y de ser ambiciosos para afrontar los retos con una infraestructura renovada y una capacidad de crecimiento sostenible que eviten atravesar letargos tan grandes como los sufridos en las últimas décadas”.

-¿Cuáles serán sus prioridades si finalmente es alcalde?

“En primer lugar, eliminar la crispación política del Ayuntamiento. Sé que para algunos puede suponer una decepción esta prioridad, pero quiero que todas las decisiones importantes que se tengan que tomar no estén protagonizadas por las luchas de partidos. En el pasado esto ha sido un déficit que ha impedido alcanzar objetivos. El segundo tiene que ser generar ingresos y riqueza, y para cumplirlo hay que destinar todos los recursos que tiene la administración. Eso sin contar la culminación y el desarrollo de proyectos como el Plan de Modernización, que será la piedra angular de la transformación, y una reivindicación histórica: el muelle deportivo y pesquero”.

-¿Qué tipo de muelle quiere?

“El más ambicioso que se pueda. El que tenga cruceros y un atraque para ferrys y toda la actividad deportiva que genere esa riqueza que necesita el Puerto. Y para eso las administraciones tienen que poner todo su empeño en que salga adelante. No era necesario esperar tantos años para darse cuenta de que el modelo de gestión mixta era el más razonable para sacar adelante el proyecto”.

-¿Los portuenses conocerán el proyecto antes de las elecciones?

“Espero que sea así, porque además hay un compromiso firme del Cabildo. De hecho, debería haberse publicado el proyecto y eso genera dudas en la opinión pública que yo comparto, porque hace pocos meses se anunció que antes de final de año las obras estarían en marcha y a día de hoy los portuenses no saben aún qué tipo de muelle quieren desarrollar las administraciones y si ese modelo coincide con las aspiraciones que tiene la ciudadanía”.

-¿Es de los que creen que el Cabildo de Tenerife quiere adueñarse del municipio?

“No. Pero desde luego me gustaría que ese interés por la ciudad hubiese llegado antes y que sea permanente. El Cabildo ha vendido que este año destina cinco millones al Puerto, pero si descontamos de ese importe las cantidades ya previstas en el Plan de Cooperación, playa Martiánez o la estación de guaguas, tampoco se traduce en una inversión tan significativa como se quiere hacer ver”.

-¿Sigue defendiendo que las concesiones administrativas se gestionaron bien?

“Las críticas en este sentido son parte del desconocimiento y la demagogia. Se habla a la ligera de cuestiones que técnicamente son complejas y hay que responder por el interés municipal. Pero además, muchos elementos son sobrevenidos. No somos el único municipio que tiene problemas con las concesiones administrativas”.

-¿Hubo un antes y un después en el Gobierno con Marcos Brito?

“Se intentó mantener lo que él inició y creo que el resultado es el esperado, llegar al final de mandato cumpliendo los objetivos que él se había trazado. Otra cosa es que en lo personal su figura se echa en falta siempre, porque a pesar de las diferencias que manteníamos, tanto ideológica como de gestión, mi relación era cercana y de mucha confianza”.