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Vecinos de Tabaiba se movilizan contra la inseguridad vial en su propia calle

   

Esta vía transitada distribuye el tráfico hacia otras calles. / DA

Esta vía transitada distribuye el tráfico hacia otras calles. / DA

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Cuando el peligro te acecha nada más abrir la puerta de tu casa, ha llegado el tiempo de actuar. Es lo que han pensado un grupo de vecinos de Tabaiba Baja, 15 en total, que han unido fuerzas para elevar un detallado escrito de denuncia que han dirigido a su Ayuntamiento (El Rosario) para buscar una solución a una situación que consideran insostenible: la inseguridad vial que, sostienen, se ha establecido en la principal vía de comunicación rodada en esta parte de la Isla, la calle de Inglaterra.

En el referido escrito, que obra en poder de este periódico, se pone de manifiesto que los accidentes son habituales en el lugar, y apuntan a dos causas como origen de los mismos: el incivismo de los conductores, que no respetan los límites de velocidad establecidos en las señales, y lo que consideran mala estructuración de la propia vía.

Lo cierto es que razones de peso como para estar preocupados no les faltan dado que, a pesar de que esta calle de Inglaterra es clave para circular por la zona, carece de aceras y en el lugar coexisten tanto un parque infantil como un centro infantil, lo que eleva la percepción de riesgo de forma superlativa.

El documento en cuestión, que lleva fecha del pasado 15 de marzo, analiza de forma sucinta pero acertada las condiciones de esta calle. Así, en primer lugar se recuerda a los responsables la llamativa densidad de tráfico que soporta la calle, dado que sirve como vía distribuidora hacía otras calles de Tabaiba Baja.

Para hacerse una idea de hasta qué punto puede llegar a ser denso ese tráfico será bueno recordar que la población de Tabaiba Baja, un clásico núcleo residencial, cuenta con cerca de 2.000 habitantes. De la importancia adquirida por la zona da cuenta la implantación de una oficina descentralizada del Ayuntamiento de El Rosario, varios parques infantiles y plazas públicas, así como una biblioteca pública. Aquí se encuentran además el Club Deportivo Jardín del Mar, la Piscina Natural del Rosario y la propia playa de Tabaiba.

La calle de Inglaterra, clave en Tabaiba Baja, no tiene ni aceras . / DA

La calle de Inglaterra, clave en Tabaiba Baja, no tiene ni aceras . / DA

Los vecinos han buscado asesoramiento en el criminólogo vial Carlos San Antonio, el especialista de la asociación de víctimas de Tráfico Canariasvial. De su análisis se detalla que los problemas arrancan en la cabecera de la calle (es de un solo sentido de bajada), donde existe una cabecera sin visibilidad que amarga a los que pretenden incorporarse desde los garajes aledaños.

A pesar de la existencia de señalización vertical, marcas viales y reductores de velocidad consistentes en sobreelevación del pavimento, lo habitual es que los conductores superen con creces el límite de 30 kilómetros por hora fijado, sin que la señal que indica la presencia constante de niños tampoco les disuada.

Si a ello le unen que, simplemente, el Ayuntamiento no ha tenido a bien dotar de aceras a esta calle, es normal que los vecinos hayan optado por denunciar tales anomalías en busca de soluciones que reduzcan el número de accidentes en el lugar. En palabras de uno de los afectados, “mejor movilizarnos ahora a esperar que pase una desgracia con los niños; nos tememos que sólo sea cuestión de tiempo”.

El Cabildo, receptivo a este tipo de iniciativas

T. F. | Santa Cruz de Tenerife

No es la primera vez que el criminólogo vial Carlos San Antonio, el especialista de la asociación de víctimas de Tráfico Canariasvial, se dirige a las instituciones para que se ponga remedio a la inseguridad vial. Y se da la circunstancia de que existe un antecedente cercano al de la calle de Inglaterra coronado con el éxito. En aquella ocasión fue una iniciativa del propio San Antonio, que comunicó por escrito al Cabildo las deficiencias detectadas en la vía de acceso a Tabaiba Baja. El problema radicaba en que se producía una duplicidad de marcas viales debido a la reaparición de la antigua señalización debido a la falta de mantenimiento.

Tal circunstancia era un foco claro de accidentes, dado que las señales se superponían. Lo peor era de noche, ya que la vía en cuestión carece de alumbrado que funcione.

La respuesta del Cabildo fue la deseable: en apenas una semana sus técnicos eliminaron el problema.