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Ejemplo entre ceniza – Por Domingo J. Jorge*

   

Ha sido casual o el Santo Padre ha marcado los tiempos precisos para que la decisión de su dimisión coincida a dos días del Miércoles de Ceniza. El lunes, por la mañana, nos llegaba la noticia de que Benedicto XVI había anunciado libremente que dejaba el sillón de Pedro, para que sea ocupado por aquel que el Cónclave apruebe.

Todo un ejemplo. Se ha hablado, en tan sólo 48 horas, de la ejemplaridad y el hecho histórico que acontece esta sagrada decisión del Prelado Ratzinger. Reitero, no suena casual. Nuestro Papa considera que ha de retirarse por motivos de cansancio, ocasionados por su edad y enfermedad. Sin embargo qué podría buscar haciéndolo a unos días del Miércoles de Ceniza. Quizás recordar al mundo la necesidad del don de la humildad. Para ello, habría que rescatar el significado de dicha fecha: “La imposición de las cenizas nos recuerda que nuestra vida en la tierra es pasajera y que nuestra vida definitiva se encuentra en el Cielo”.

Benedicto XVI, cuando inició su pontificado en 2005, cuando le dijeron “Tú eres Pedro”, no dudó un momento en que lo había marcado el mismísimo Espíritu Santo con un solo fin: “Servir a los otros y, sin embargo, ser el último de ellos”. Lo ha demostrado con sus actos, no ha cesado en hacer el bien y sobre todo deja su lugar en El Vaticano, sabedor de que, como el Miércoles de Ceniza nos recuerda, con el inicio de La Cuaresma, “nuestra vida en la tierra es pasajera”, en todos los sentidos.

Responsable de Comunicación del ISTIC