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En huelga de hambre por la ‘indiferencia’ municipal

   

Garfias denuncia que la Corporación municipal se ha mostrado insensible ante su situación. | JAVIER GANIVET

NANA GARCÍA |Santa Cruz de Tenerife

Una botella de agua, un cartel que reza “Estoy en huelga de hambre” y un bolso con pertenencias personales. Esta es la única compañía que ha tenido Manuel Garfias Ramírez desde que inició el pasado 12 de mayo una abstinencia voluntaria de alimentos a las puertas del Ayuntamiento de Santa Cruz.

“Solo quiero trabajar y poder sustentarme honradamente”, indica este albañil de profesión, separado, con 44 años de edad y una hija, quien se considera una “víctima” del contexto económico desfavorable de los últimos años. Esta es la segunda huelga de hambre que lleva a cabo Manuel Garfias ante unas dependencias municipales en los últimos dos meses, una protesta extrema a la que ha llegado porque, asegura, el concejal de Cohesión y Bienestar Social, Ignacio González “no ha cumplido” con lo que le prometió: un puesto de trabajo “para ganar el dinero honradamente”.

El Instituto Municipal de Atención Social (IMAS) advierte de que en este periodo de tiempo se iniciaron los expedientes necesarios para conceder a Garfias ayudas de índole económica (para pagar sus recibos de agua y luz) y alimentaria (un bono de 63,34 euros de El Corte Inglés)en repetidas ocasiones, así como de mobiliario y electrodomésticos, por parte del programa Santa Cruz + Social. “No niego que me han ayudado, pero Ignacio González me ha fallado como político y aún más como persona; lo que ha hecho conmigo ha sido una manipulación para que me calle en época electoral”, asevera el afectado. La Dirección del IMAS reitera que tiene la convicción de haber realizado y seguir realizando cuantos trámites son de su competencia.

Manuel Garfias -que no ha recibido ningún tipo de atención médica- confiesa haber sido objeto estos días de una “gran indiferencia” por parte de la Corporación municipal. A excepción de Antonio Bello, de quien dice le amenazó, humilló y le echó a la Policía Local, ningún concejal del se ha acercado a hablar con él. Ante esta displicencia, asegura que continuará con la protesta “hasta que me muera”.