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LAS CARAS DE LA OST > JUAN FRANCISCO DÍAZ MARTÍN

“No tengo ningún recuerdo de infancia donde la música no esté presente”

   

SANTIAGO TOSTE | Santa Cruz de Tenerife

Juan Francisco Díaz asume la percusión en la OST. / JAVIER GANIVET

“La música es como la vida misma: cuando la empiezas a entender, vas y te mueres”. Juan Francisco Díaz Martín (Santa Cruz de Tenerife, 1966) siempre tiene en mente la frase que un buen día le dijo un amigo para describir el grado de dedicación, de entusiasmo, de pasión, que requiere una carrera musical. Díaz Martín es hoy percusionista en la Orquesta Sinfónica de Tenerife (OST), pero la música ha estado presente en su vida desde mucho antes. “En mi familia todos eran músicos -explica en esta charla con DIARIO DE AVISOS-, mi padre, mi abuelo… por lo que todos mis recuerdos de infancia están relacionados con ella, a través de la percusión o con los instrumentos de viento”. “De hecho -subraya-, prácticamente no tengo ningún recuerdo de niño donde la música esté ausente”.

Así las cosas, es sencillo comprender por qué un buen día Juan Francisco Díaz se decantase por la percusión. “Veía a mi padre tocar y, como le ocurre a la mayoría de chavales, yo quería ser como él”, comenta. “Él fue mi primer profesor -resalta-, pero en aquel momento no había ningún sitio donde pudiese estudiar percusión de forma reglada, así que, de forma paralela, comencé a estudiar piano en el Conservatorio”.

Al igual que ocurre con otros integrantes de la OST que han participado en esta serie de reportajes, el considera “un orgullo y un privilegio” formar parte de la Orquesta Sinfónica de Tenerife. “Ser canario, de Tenerife y estar en ella es algo muy importante en mi vida -destaca-, porque además la Sinfónica ha estado desde siempre vinculada a mi familia”. “Por eso -añade Juan Francisco Díaz-, es como seguir los pasos de todos ellos, es decir, haber llegado aquí es estar en uno de los mejores lugares dentro de la música culta a los que podia optar”.

Aunque, con ser mucho, su “principal preocupación”, en la OST no acaban las inquietudes musicales de este artista. “Durante todo este tiempo -expone- he creado muchos grupos de percusión, he podido formar a gente que empieza y también me he dedicado a la música contemporánea”. “Ahora mismo doy conciertos en solitario, con diversos grupos y con mi propio dúo, Tuópali”, agrega, “todo esto es un no parar, pero también es como mejor me siento”.

Hay dos factores que Juan Francisco Díaz considera claves para todo aquel chaval que quiera comenzar en el mundo de la música, la constancia y, sobre todo, el convencimiento de que eso es lo que le gusta. “Éste es un mundo muy competitivo, muy duro -argumenta- y una materia de estudio que no tiene fin, más allá de sacar adelante las asignaturas que te permitan sacar un título”. “Y claro, no es fácil decirle a un niño que ha de emplear el resto de su vida a aprender”, apostilla. “Te tiene que gustar mucho, pero también te tienen que motivar, porque en todo ese aprendizaje te encontrarás con muchos bases, con momentos en los que quieres tirar la toalla”, resalta.

Al echar un vistazo al futuro, el percusionista de la Orquesta Sinfónica de Tenerife prefiere hablar de “proyectos más que de sueños”. “Tengo muchos -afirma-, incluso algunos que ya he realizado pero me gustaría repetir. Proyectos de grupos de percusión, con alumnos, con la propia Orquesta Sinfónica…”. “Además -expone-, me gustaría que se programasen más conciertos de clásica donde la percusión ocupe un lugar protagonista”. “Hoy la gente comprende un poco más de que va esto de la percusión clásica -admite-, pero quisiera que fuese un instrumento que estuviese un poco más a la par de los grandes colosos, como pueden ser el piano, el violín o el canto”.

De la misma manera, Díaz cree que aún existe ese triste tópico de “que la música clásica está reservada sólo para la gente que entiende”. “La música es como todas las artes, te gusta o no te gusta -subraya-, no tienes que entender, si conoces algo de ella, mejor, pero eso nunca tiene que ser un obstáculo para acercarte y disfrutarla”.