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Empate a nada

   

Una vez más, la inoperancia por momentos de los blanquiazules en ataque provocó un empate en un campo propicio

JOSÉ A. FELIPE (ENVIADO ESPECIAL) | Toledo

Si la de ayer en Toledo era una reválida, el Club Deportivo Tenerife no la pasó. Los jugadores de Antonio Calderón sabían que era una buena oportunidad para demostrar dos cosas: que son capaces de desarrollar buen juego y que tienen un potencial ofensivo muy considerable. Ayer, ni una cosa ni la otra. Tras la pírrica victoria frente al CD Leganés, los chicharreros cosecharon ayer un empate a cero con el mismo guión que en anteriores duelos: muchas ganas, poco fútbol, alguna ocasión y Sergio Aragoneses. Es cierto que Álvaro Zazo podía haber logrado un gol in extremis que hubiera dado la victoria, pero no lo es menos que el meta gallego, una vez más, tuvo intervenciones de mérito y salvadoras.

El CD Tenerife intentó no contagiarse del frío ambiente del Salto del Caballo y optó por procurar meter ritmo al encuentro. En teoría, la ausencia de Kiko Ratón podía servir para que Ferrán Tacón, Jorge Perona y Víctor Bravo tuvieran más movilidad y complicaran el planteamiento defensivo local. Los de Calderón movían bien el balón, pero se mostraban faltos de clarividencia en los metros finales. En uno de los primeros acercamientos de los blanquiazules, Zazo remató a portería y la pelota acabó en la mano de un defensor del Toledo, pero el colegiado, como sí ha pasado antes con los blanquiazules, consideró que la acción no era suficiente para señalar penalti. No es suficiente justificación para el pobre empate de ayer, pero empieza a chirriar…

Acto seguido, los toledanos también intentaron mostrar los dientes en un remate de Óscar muy tímido que se marchó a la izquierda de Aragoneses. Los castellanos volvieron a manejar algunas ocasiones más merced a dos pérdidas de balón de Cristóbal Juncal, pero el equipo blanquiverde mostró ayer que está falto de puntería.
Los blanquiazules, cuando parecía que el encuentro daba tregua a la especulación, aprovecharon para que Víctor Bravo dispusiera de dos buenas ocasiones. La primera, la mejor, acabó en los guantes de Saavedra. La segunda, más alejada, salió rozando el palo derecho de la meta local.

Corría el minuto 35 cuando el Toledo despertó definitivamente a los de Calderón. Pérdida de Cristóbal, centro sobre el área chicharrera y el remate de cabeza de Óscar que sirve para demostrar que el mejor portero de toda la Segunda B, por eso es el Zamora, responde al nombre de Sergio Aragoneses.

La acción espoleó a un Toledo que tuvo dos opciones más, en los minutos 37 y 43, aunque menos claras. Fueron diez minutos de dominio local y deriva visitante.
La segunda parte, lejos de mejorar para el Tenerife, fue a peor. Cuando solo se habían jugado dos minutos de la misma, una buena jugada desde la banda izquierda toledana acaba en un balón dentro del área franco para Diego. El atacante verdiblanco disparo alejado, muy por encima del marco de Aragoneses.

Para colmo de males, con un Tenerife sin ideas en ataque, Sergio Rodríguez, que ayer no desentonó en defensa, cayó lesionado a los 15 minutos dando entrada a Meji. La cosa ni mejoró ni empeoró.

Los insulares se quedaban sin ideas y se mostraban romos en ataque. Es cierto que en defensa no pasaron demasiados apuros, pero la exigencia del Toledo no parecía excesiva.

Tras un cuarto de hora de sopor, Dani Gómez tuvo otra ocasión para que los locales lograran adelantarse en el marcador, pero remató muy desviado de cabeza un buen centro servido desde la izquierda. Los locales habían marrado su ocasión, tenía que llegar una para los de Calderón, pero no fue así.

Para que los seguidores blanquiazules que se dieron cita en el Salto del Caballo se levantaran de sus asientos, tuvieron que esperar al tiempo de descuento. Buen servicio desde la derecha de Cristóbal y Zazo, que imaginó que un compañero pudiera llegar en segunda línea, desperdicia una pelota clara para disparar a portería.