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El iPad de Apple sigue siendo líder indiscutible en el sector de las tablets. | DA

IGNACIO GÓMEZ BURZACO | Santa Cruz de Tenerife

Desde hace años no falta en el listado de peticiones a los Reyes Magos algún tipo de cachivache electrónico. Hemos pasado de los ordenadores de torre en los años noventa del siglo pasado, a los teléfonos móviles, las cámaras de fotos o vídeo digitales, las consolas de juego y su universo de accesorios, los ordenadores portátiles en diferentes versiones, los reproductores de dvd o bluray, o los televisores de pantalla plana, incluidos los más modernos en su versión 3D que se han popularizado durante el último año. Una lista enorme de artilugios que llenan muchas viviendas y que este año se incrementará con las tabletas y teléfonos móviles inteligentes de última generación.

Con respecto a las tabletas, se trata de pequeños ordenadores sin teclado, que se manipulan utilizando los dedos sobre su pantalla táctil. Las diferencias entre tabletas vienen dadas por el tamaño de la pantalla, sensibilidad y calidad visual, la duración de la batería, la potencia de su procesador, su sistema operativo, la cantidad de memoria que equipa, y si puede o no utilizar una conexión 3G de telefonía móvil para la transmisión de datos y navegación por internet cuando no hay una red wifi a mano. Hay otros detalles menores, como la existencia o no de ranuras para tarjetas de memoria, conexión usb, conexión hdmi (para ver las imágenes de la tableta con un monitor, televisor o proyector), teclados, fundas y otros accesorios.

Fue la compañía Apple la que popularizó el invento a principios de 2010, con el lanzamiento de la primera versión del famoso iPad. A principios de marzo de 2011 presentó una segunda versión, más potente, que es la que se comercializa en estos momentos. Apple lidera las ventas, aunque poco a poco va perdiendo cuota de mercado, ante la competencia creciente de productos de otros fabricantes, que han tardado meses en reaccionar para poder presentar sus propias tabletas.
En estos momentos, hay una amplia variedad de tabletas y precios en el mercado. Es normal que ante modelos más o menos parecidos, los consumidores no sepan qué elegir.

Por un lado, podemos encontrar el iPad de Apple, en su segunda versión, que se comercializa con distintas capacidad de memoria (16, 32 y 64 GB) y con o sin conexión 3G. En todos los casos, los iPad tienen conexión wifi y el mismo tamaño de pantalla, batería y procesador interno. La conexión 3G permite navegar por internet como se hace con un teléfono móvil, contratando algún tipo de tarifa para transmisión de datos.

El modelo más económico es el iPad de 16 GB de memoria sin 3G, perfectamente válido para el uso habitual de las tabletas, que se centra en navegar por internet, consultar el correo electrónico y las redes sociales, ver vídeos y televisión “a la carta”, jugar, escuchar música o leer libros y revistas en formato electrónico, entre otras muchas posibilidades.

La mayoría de los expertos siguen coincidiendo en señalar que esta tableta es la que mejor experiencia de usuario presenta, con una pantalla de gran calidad, y cientos de miles de aplicaciones o programas disponibles, gratuitos y de pago. Su precio no es el más barato, pero tampoco es el más caro, en su versión de 16 GB de memoria. Tiene una buena calidad constructiva y una batería con una excelente duración, aunque presenta carencias, como la falta de soporte para las páginas web que utilizan tecnología Flash, o limitadas posibilidades de conexión.

Otras opciones

Además del iPad, en el mercado podemos encontrar otros modelos de tabletas de diferentes fabricantes más o menos conocidos, con tamaños de pantalla desde las siete pulgadas, y más o menos conexiones. La mayor parte de estas tabletas utilizan el sistema operativo Android, en diferentes versiones. Ya se ha presentado su versión 4.0, pero de momento el grueso de las tabletas más modernas equipan la versión 3.0, 3.1 o 3.2. Los modelos más económicos, menos potentes, y o más antiguos, se conforman con las versiones 2.0, 2.1, 2.2 o 2.3. Incluso todavía se comercializan algunas reliquias que equipan versiones anteriores, como la 1.6, totalmente desfasadas.

Dependiendo del fabricante, se puede actualizar el sistema operativo de la tableta a algunas versiones superiores; es decir, es fácil que una tableta con Android 3.0 se pueda actualizar sin problemas a una 3.2 o 4.0, cuando esté disponible. Pero no es frecuente que modelos menos potentes, con Android 2.3, por ejemplo, puedan actualizarse a la versión 3.0 y menos a la versión 4.0. En es.wikipedia.org/wiki/Android se pueden ver la evolución de Android y las diferencias entre versiones.

Android todavía no es tan “perfecto” como el sistema operativo iOS de Apple, pero las tabletas que lo utilizan presentan ventajas como diferentes tamaños de pantalla, más conexiones y posibilidad de navegar por páginas web que utilicen Flash, además de precios un poco más económicos en algunos casos. También hay disponibles miles de aplicaciones para este sistema operativo.

Por último, también hay algunas tabletas que utilizan sus propios sistemas operativos, bajo diferentes denominaciones. Aunque cumplan su cometido y funcionen más o menos bien, no tienen tantas aplicaciones disponibles como iOS o Android, ni hay seguridad alguna de que se desarrollen más en el futuro, y posiblemente acaben desapareciendo.

Recomendaciones

Sin considerar un aspecto fundamental como es el presupuesto disponible, y a la espera de las tabletas con la versión Windows 8 de Microsoft, que posiblemente lleguen a nuestro mercado local bien avanzado 2012, las opciones más recomendables en estos momentos son las tabletas de Apple, o las que equipan alguna versión reciente de Android, preferentemente con procesadores modernos del tipo Nvidia Tegra 2, Tegra 3, u otros más o menos equivalentes que están empezando a aparecer.

La potencia y tipo de procesador influye de forma notable en el mejor o peor uso de la tableta, sobre todo a la hora de visualizar documentos y páginas web complejas, publicaciones electronicas, vídeos en alta definición, o aplicaciones exigentes, como los juegos.

Otros aspectos como la marca, diseño, materiales, tamaño de pantalla, memoria y capacidades de conexión o ampliación, son criterios que cada consumidor deberá evaluar.