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Multitudinario adiós a las víctimas del triple crimen

   

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Vecinos, familiares y conocidos acompañaron a los tres féretros a la iglesia del casco isorano. | F.TENERIFE

N. DORTA | Guía de Isora

Tres ataúdes entraron ayer en la iglesia Nuestra Señora de La Luz, de Guía de Isora, en medio de un silencio triste y frío. Tres féretros arropados por más de mil de personas, asistentes al sepelio del niño de cuatro años, y sus dos abuelos, todos asesinados el miércoles presuntamente por la pareja sentimental de su hija, suegro y padre del menor.

José, de 42 años, originario de Cabo Verde y conocido en toda Piedra Hincada, donde vivía con su familia, fue ayer llevado al cuartel de la Guardia Civil en Playa de Las Américas para posteriormente pasar a disposición judicial. La Policía Local lo detuvo instantes después del crimen y lo condujo a un hospital.

Al entierro acudió el alcalde de Guía de Isora, Pedro Martín, acompañado por varios miembros de la Corporación, el consejero de Aguas del Cabildo, Jesús Morales; el responsable de Hacienda de Adeje, Epifanio Díaz, entre otros concejales.

Sobre las 11.00 de la mañana llegaron los tres féretros a la iglesia del casco junto a una multitud que caminaba en pena tras los coches funerarios repletos de coronas.

Mónica, la madre del niño, llegó en silla de ruedas por la evidente debilidad que deja el dolor de la pérdida. Era arropada por familiares y por el equipo médico trasladado a la zona para estar al lado igualmente del resto de familiares.

Muchos de los vecinos explicaron que no entendían lo ocurrido, cómo una persona podía acabar con la vida de su hijo y su suegro, a puñaladas, según apuntan las investigaciones.

José no se comportaba aparentemente de forma violenta, según los testimonios. De hecho, era una persona conocida en el barrio, que llevaba al niño a jugar a fútbol, conversaba con los vecinos en el bar.

Algunas fuentes han explicado que esta reacción injustificada y macabra podía ser producto de la rabia contenida por un ataque de celos. Lo cierto es que no se habían visto peleas, no constan denuncias por malos tratos, no tenía problemas de drogas ni alcohol. Pero el miércoles José si bebió. Mucho coñac hasta perder la razón. Cuando fue detenido afirmaba entre gritos que había matado a su familia.