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Preocupación por la llegada de las cabras de Tafuriaste

   

Estado de una parte de la instalación donde presumiblemente se ubicarán los animales. | DA

Estado de una parte de la instalación donde presumiblemente se ubicarán los animales. | DA

L. F. F. | San Juan de la Rambla

La próxima llegada de las cabras que ocupan el Barranco de Tafuriaste a la granja escuela del barrio de Las Rosas, en San Juan de la Rambla, ha generado preocupación y dudas en algunos vecinos de la zona y en el sector ganadero local.

Así lo asegura la portavoz del PSOE municipal y exalcaldesa, Fidela Velázquez, quien afirma que “constituye una grave amenaza a la salubridad pública de la cabaña de Las Rosas y no da respuesta a las necesidades ganaderas, en manos de cabreros jóvenes que esperaban una respuesta sobre las instalaciones”.

En este sentido, señala que “hace unos meses, cuando el consejero del Cabildo, José Joaquín Bethencourt, manifestó su decisión de trasladar el problema de La Orotava a la localidad, el Ayuntamiento le hizo llegar un escrito con una serie de condiciones mínimas que dicha evacuación debía tener, tales como datos sobre la persona propietaria de las cabras o el número exacto de animales, entre otros”.

Velázquez añade que “estos datos se pedía que procedieran de un informe firmado por un técnico de salud pública y de sanidad animal, dado que las cabras en cuestión proceden de medidas tomadas por la cuarentena a que fueron sometidas y que han supuesto el encierro en corrales del barranco”. Asimismo, solicitó la verificación de que las instalaciones “eran conformes para poder ordeñar higiénicamente las cabras y elaborar los quesos; es una granja cuyo estado actual es deplorable por el abandono al que ha sido sometido por la Corporación insular”.
Para la concejala socialista “resulta curiosa esta prisa, sin que el Cabildo haya respondido antes a las demandas trasladadas desde el Consistorio, que resumían las inquietudes de los agricultores y ganaderos del lugar”.

Aunque se trate de una estancia provisional hasta que el cabrero pueda vender su ganado, ya han saltado todas las alarmas en una localidad que vive un huracán político. No obstante, el consejero ha constatado a este periódico que las instalaciones gozan de “total garantía y cumplen a la perfección los requisitos sanitarios”.