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ÁNGULO 13 >

Tibicenas: los perros de las tinieblas

   

Tibicenas

POR JUANCA ROMERO HASMEN

Desde siempre, a través del interesante viaje entre culturas y civilizaciones, la presencia de extraños seres moradores de las tinieblas, que envuelven la fina franja entre lo real y lo fantástico, han formado parte inseparable del ser humano y su entorno. Es cierto que en la mayoría de las ocasiones el conocimiento de este tipo de entidades llega hasta nosotros a través de la tradición oral, mediante la palabra que poco a poco el tiempo emborrona y elimina. Esta semana he querido hablar con el investigador y divulgador Luis Javier Velasco sobre los tibicenas, extraños seres de apariencia espectral con los que usted puede encontrarse un día en el camino.

-¿Quiénes o qué son los tibicenas?

“Son manifestaciones de seres espectrales que se han aparecido a caminantes y demás personas, que los han visto en lugares rurales especialmente, lo que les ha causado, en la gran mayoría de las veces, un gran pavor, como es lógico”.

-¿Cuáles son las principales características convergentes en su descripción?

“Generalmente tienen aspecto de animal mamífero y cuadrúpedo, siendo los más abundantes los perros, cerdos, gatos, o hasta incluso se les ha llegado a ver con una forma humanoide, similar al Yeti. Pero en la gran mayoría de los casos están provistos de un abundante y lanudo pelo negro, incluso hasta brillante; aunque existen varios casos registrados en que el ‘ser’ es completamente blanco. Mismo fenómeno, pero con dos colores opuestos. Hay testimonios de ver estos aterradores perros negros y con ojos rojos estáticos en los caminos, se los han visto en movimiento, algunos se han transfigurados en personas y viceversa, o en algunos casos, ha habido algún tipo de transmisión telepática. La casuística es muy variada y difusa. Es lógico pensar que hoy día se ven menos porque nos desplazamos en coche a todas partes y todo está muy iluminado en las noches. Hasta hace apenas treinta años, había mucha gente que se desplazaba en la madrugada para ir a sus tierras de labranza, trabajos, etc., generalmente solos y en caminos asilados”.

-¿Existe un modus operandi estándar de estos extraños animales?

“He podido comprobar que suelen operar igual: se manifiestan en caminos, o cruces de caminos en donde es más usual tener encuentros con humanos a los que aparecerse. Podría decirse que tal vez busquen asustar a los caminantes, o algo similar, como si se alimentaran del estrés o miedo que generasen. Incluso podría especularse que, en un momento dado, tratasen de evitar que la gente transite por ciertas zonas o tal vez evitar algún peligro, como también tengo registrado”.

Tibicenas

-¿Qué importancia tuvieron los tibicenas en la época aborigen? ¿Estaba presente esta idea en todas las islas?

“En la época aborigen tuvieron mucha importancia, dadas las figuras de terracota encontradas en Gran Canaria y otras islas, que manufacturaron y que se conocen como “tibicenas”. Eso nos da una idea del alcance en la cosmovisión del pueblo antiguo de Canarias. Ellos les rendían culto, les ponían ofrendas en caminos y determinados lugares, con la más que probable intención de congraciarse con ellos y que no se les aparecieran y les asustasen. Dentro de la religión aborigen, ostentaban aspectos demoníacos, o cuando menos, connotaciones negativas. Tengo testimonios principalmente en La Palma, Tenerife y Gran Canaria, aunque estoy seguro de que en La Gomera, El Hierro, Lanzarote y Fuerteventura también se han dado a lo largo de los siglos. Pero claro, que ese testimonio le llegue a uno para poder registrarlo y estudiarlo es harina de otro costal. Solo Dios sabe la de casos que se han perdido en el tiempo”.

-¿Existen evidencias que demuestren la existencia de estos seres?

“Al ser seres que probablemente operen en el mundo astral, pues lógicamente no dejan ningún tipo de rastro. Además, parece que en determinados momentos son capaces de saltarse algunas leyes físicas de nuestro mundo real. Dicho todo esto, los tibicenas operan entre lo onírico y lo sugestivo, por muy real que sea su manifestación, porque a día de hoy, no hay ningún rastro que pueda avalar su existencia pasada o presente. A los testigos les queda muy claro la realidad de la visión. En un primer momento llegué a pensar que este fenómeno era netamente humano y completamente sugestivo, hasta que obtuve un testimonio en La Caldera de Taburiente, en La Palma, en donde un testigo iba con unos asnos y éstos se quedaron parados en seco, injustificadamente. Al fijarse, el testigo vio el porqué de esa actitud: tenían un tibicena a menos de veinte metros delante de ellos mismos. Los animales lo percibieron antes que la persona, con lo que también pueden verlos. Esto me parece realmente interesante”.

-¿Existen episodios recientes atribuidos a los tibicenas?

“Sí, hasta el año pasado se tuvo un encuentro con uno en el Barranco de Badajoz, en Tenerife. Lo maravilloso del tema es que desde la profunda época prehispánica, hasta casi hoy día, se sigue viendo un mismo fenómeno y al que además se le conoce con el nombre original puesto por los antiguos. Esto conmueve, porque nos vincula directamente con aquellas gentes; ambos pasamos miedo por igual ante algo que no sabíamos interpretar”.

-¿Se podría decir que el tibicenas y el cancerbero son un mismo ser?

“Yo diría que no, el cancerbero era un ser custodio del infierno en la mitología griega y tenía varias cabezas. Su misión era la custodia de un lugar. Si buscamos un símil ajeno al ambiente canario, podríamos ver algo muy parecido en El Perro de los Baskerville, la conocida novela de Sir Arthur Conan Doyle, en la que Sherlock Holmes se enfrenta a algo muy similar, pero que resultó ser un perro entrenado y maquillado. Respecto a los testimonios canarios, tengo recogido en más de doces años que llevo atento a este tema, que se ha aparecido desde las cumbres, hasta las orillas de las playas; su ámbito de actuación es de lo más variado, pero generalmente lugares apartados”.

-¿Según su criterio, se trata de un ser mitológico o un ser real?

“Diría que real, pero operando en un plano distinto a nuestra realidad. Esto entroncaría con el mundo de los espíritus y similares. Por alguna razón, se manifiestan en nuestro mundo, aunque desconocemos el porqué”.

Gracias por haber dedicado parte de su tiempo a los lectores de DIARIO DE AVISOS. Es todo un placer para mí, porque es bueno que se conozca esta tradición tan antigua y directa que ha llegado hasta nosotros. Y si alguien ve un tibicena en algún momento, que no sufra ni sienta miedo, porque no tengo constancia de agresiones físicas ni daños.