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Los tribunales decidirán si Arturo Pedrero puede ejercer la medicina

   

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

Arturo Pedrero quiere seguir ejerciendo en el centro de salud de Tacoronte. | DA

Arturo Pedrero quiere seguir ejerciendo en el centro de salud de Tacoronte. | DA

Seis años de carrera universitaria, un examen y cinco meses de consultas y guardias parecen no bastar para que el joven médico tinerfeño Arturo Pedrero pueda continuar ejerciendo en un centro de salud de Tacoronte. A pesar de contar con varios informes que lo declaran “apto” para ejercer la medicina, el Ministerio de Sanidad le ha retirado su plaza por considerar que no está capacitado para trabajar en el sistema público de salud.

Por este motivo, Arturo ha iniciado una cruzada que acabará en los tribunales, ya que ha denunciado su caso ante los juzgados de lo Contencioso de Madrid. En su queja, el facultativo canario acusa al Ministerio de Sanidad de “trato discriminatorio”, y exige ser reincorporado a su puesto. “Soy una persona con una leve discapacidad física, porque tengo algunas dificultades para mover mi brazo derecho. Pero ello nunca ha sido ningún impedimento. Tampoco para mi vocación: estudié Medicina y conseguí la plaza como médico interno residente, y en ningún momento nadie cuestionó mi capacitación”, expone el doctor Pedrero a este periódico. No en vano, su propio tutor de prácticas, el doctor Guillermo Pérez Martín, emitió un informe favorable sobre él, en el que deja claro que “puede continuar ejerciendo su trabajo” como lo venía haciendo desde que se incorporó a la actividad profesional.

Además, tanto el doctor Antonio Rodríguez Pérez, médico en el centro de salud de Finca España, como el forense José Luis González Iglesias, avalan la capacitación del joven galeno tinerfeño, al que incluso el propio Ministerio de Sanidad consideró “competente al 95%” en el examen de habilidades de primer orden que tuvo que realizar antes de firmar su contrato de residente con el Hospital Universitario de Canarias (HUC). “Yo nunca oculté mi condicionamiento. De hecho, no puedo. Elegí la especialidad de médico de familia tras hablar con profesionales del HUC, que me aseguraron no tendría ninguna dificultad para ejercer, pese a mis dificultades de movilidad”, subraya Arturo Pedrero, quien insiste en que antes de iniciar su residencia realizó, “como todos”, un reconocimiento médico y “aporté la documentación de mi discapacidad, que no se consideró relevante”. Tanto es así que pacientes, enfermeros y médicos del centro de salud de Tacoronte y del hospital aseguran que está cualificado para continuar ejerciendo la medicina de familia.

Para el Ministerio, en cambio, ninguno de estos testimonios tiene validez, y sí un informe del Servicio de Prevención y Riesgos Laborales del HUC, que estima que el joven “no puede aprender determinadas funciones por su discapacidad”.

Junto a la vía judicial, Arturo Pedrero también ha abierto una petición online para reclamar a Sanidad que lo readmita como médico. En apenas dos semanas, ya él ha logrado más de 100.000 firmas de apoyo en la página Change.org, algo que ha sorprendido a los responsables de este portal de Internet. Su director, Francisco Polo, manifestó que casos como el suyo ejemplifican el objetivo de la web Change.org, que no es otro que permitir que cualquier persona, en cualquier lugar, pueda iniciar una campaña sobre los temas que le interesan”.

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EL SCS SE DECLARA “INCOMPETENTE”

Dada la repercusión mediática que tuvo su caso, la Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias se vio obligada a emitir un comunicado en el que dejaba claro que la revocación de la plaza como médico de Familia de Arturo Pedrero por padecer una discapacidad “no es competencia del Servicio Canario de Salud (SCS), sino del Ministerio de Sanidad a través de la Dirección General de Ordenación Profesional”. Según la Consejería, todos los médicos internos residentes, tal y como establece la normativa vigente, deben pasar por una revisión obligada por el Ministerio, ya que la vigencia de los contratos queda supeditada a este trámite, y es el máximo órgano sanitario quien decide si una deficiencia física puede tener impacto sobre el trabajo de un médico. Desde Prevención y Salud Laboral se entiende que el joven facultativo “no puede aprender determinadas funciones por su discapacidad, ni tampoco hay técnicas alternativas a las propuestas en su rotación, pese a que ha cumplido todos los objetivos establecidos en su centro de salud con informes avalados por su tutor”. Ahora serán los tribunales quienes decidan si Pedrero está o no capacitado realmente para ejercer la medicina.

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