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Cristóbal ‘was here’ – Por Francisco Rodríguez Serrano

   

Por supuesto que me refiero a Cristóbal Colón, el cual fue dejando, allá por donde hacía una paradita, el grafiti correspondiente a la época (aún no había spray de colores) que consistía en dejar su nombre grabado en un árbol. En el caso del sur de Gran Canaria lo hizo en una palmera. Y claro, el hecho de que el navegante más importante de la historia (sic) se haya parado a “sacar a beber el parajito”, perdón que era dar de beber a la tripulación y continuar su viaje, es motivo más que suficiente para que, 520 años más tarde, esa zona se declare Bien de Interés Cultural. Quizá por esa misma regla, la ruta marítima entre Canarias y América debería quedar libre de todo tránsito de barcos, no sea que se contamine con los restos de cruceros, mercantes o petroleros. Poner unas bollas amarillas en todo el recorrido nos indicaría por dónde no hay que tocar el mar, no sea que se pierda una parte de nuestra historia.

Por supuesto, estos criterios deberán primar a la hora de la aprobación de cualquier iniciativa empresarial que pretenda mejorar la economía de la zona y el propio destino como centro turístico, y será el gobierno de turno el que dirá si ese proyecto de inversión es compatible con el mantenimiento y la conservación de nuestro pasado más lejano.

Que conste que no pretendo faltar al respeto a ninguna institución pública ni considerar que hayan habido otros intereses de por medio, pero suspender un proyecto de 50 millones de euros por el simple hecho de que Colón paró a repostar agua, y venir a contarlo 500 años más tarde, me parece que no se justifica. Si querían proteger el palmeral de Maspalomas, que sí lo merece, haberlo dicho y probablemente Riu Hoteles lo aceptaría con gusto.

* COFUNDADOR DE ROOM-PROJECT | @pacorguezs" target="_blank">@pacorguezs