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Templarios en Canarias, realidad o mito

   

POR JOSÉ CARLOS GIL MARÍN*

¿Pudo llegar esta mítica orden vinculada a lo mistérico y al Camino de Santiago? Cronológicamente y desde la Historia oficial de Canarias, no. Pero desde la Historia alternativa aún por escribir todo es posible… Hasta Dios escribe recto en renglones torcidos.

Los templarios, en efecto, desaparecieron entre 1307 y 1314 por la complicidad del Papado y la persecución avariciosa de la Corona de Francia, pero ambos instigadores no les supervivieron mucho tiempo, desapareciendo por causas aún sin esclarecer al 100 por 100… ¿Hacía justicia un reducto de la orden con sus hermanos ajusticiados injustamente? Es más, en Portugal la orden fue protegida por la monarquía, quien vio en sus conocimientos la expansión por África, América y Asia desde la escuela de navegación de Sagres y los conocimientos de estos monjes guerreros. Y de llamarse Orden de los Pobres Caballeros de Cristo pasó a ser la Orden de los Caballeros de Cristo.

Esta orden llegaría a las Islas en 1341 en la expedición relatada por Bocaccio, biógrafo del misterioso Dante… Se llevaría ídolos a Lisboa… ¿Y dejaría quizás una Virgen neotemplaria y solar en el sur de nuestra isla, ahora en Adeje por los avatares de la Historia? ¿Dejarían un extraño código con claves ocultas aún por desvelar?

¿Pudo en canal Anaga-Adeje por el que los alisios empujan sus aguas hacia América contar con dos alquerías, con dos enclaves neotemplarios portugueses en nuestras costas? Nosotros creemos que en Tenerife fue posible… El añorado intelectual canario Antonio de la Nuez, ya fallecido, creía que también lo era en Gran Canaria, en el noroeste de la isla hermana. Y allí nos fuimos este verano, junto con el periodista, amigo y experto en imagen Rubén García Herrera, logrando contactar con el sobrino de Antonio de la Nuez, Rafael Martín Brotons de la Nuez, quien mantiene viva la llama de un patrimonio aún por proteger, patrimonio ubicado en medio de un solar y unas ruinas con topónimos y enclaves que desprenden a todas luces la simbología de un “lugar de poder”. Nadie da gracias al cauce seco, nos afirmó Tagore. Así parece ser en Gran Canaria.

Las imágenes grabadas servirán de testimonio en el mañana de un patrimonio que existió… Pero sálvese por quien tenga poder para ello, al margen de posicionamientos encontrados. Lo acontecido con “Risco Caído” es un ejemplo de lo que hay que hacer al margen de la siglas y las ideologías para defender nuestro ayer.

Señala el célebre filósofo español Gustavo Bueno al respecto de los mitos que “el término mito… no significa que el contenido representado… haya de ser falso o engañoso, porque podría representar una verdad arcana más profunda”.

Una verdad arcana más profunda. A buen entendedor…, pocas palabras bastan.

*JOSÉ CARLOS GIL MARÍN ES AUTOR, ENTRE OTROS, DEL LIBRO EL ENIGMA TEMPLARIO DE TENERIFE: LA VIRGEN DE ADEJE