El exjefe superior de PolicÃa en el PaÃs Vasco, Enrique Pamies, durante su declaración. | EUROPA PRESS
EUROPA PRESS | Madrid
El exjefe superior de PolicÃa en el PaÃs Vasco Enrique Pamies ha asegurado que en su “vida” ha hablado por teléfono con el dueño del bar Faisán de Irún (Guipúzcoa), Joseba Elosua, que recibió un chivatazo el 4 de mayo de 2006 sobre la existencia de una operación contra ETA, y que nunca habrÃa aceptado “una orden polÃtica” para interrumpir una operación policial.
Durante la primera jornada del juicio que se sigue en la Audiencia Nacional, el fiscal Carlos Bautista ha preguntado a Pamies si el exdirector general de la PolicÃa le llamó la noche anterior a los hechos para darle la “orden polÃtica de interrumpir la operación Urogallo” contra el aparato de extorsión de ETA. “No, para nada, tampoco la habrÃa aceptado”, ha asegurado.
El mando policial, que se enfrenta hasta nueve años de cárcel por estos hechos, ha asegurado que la presencia del inspector José MarÃa Ballesteros, presunto autor del soplo junto a él, en la zona del ‘Faisán’ se debió a que le pidió que visitara los tres puestos fronterizos porque tenÃa que reunirse en Francia con un confidente etarra conocido con el sobrenombre de Romano y temÃa una acción de la policÃa gala.
“Quien me preocupa es la PolicÃa francesa. TenÃa que hacer el traslado porque él tenÃa acceso a material de la organización. Si nos pillan con eso, es muy difÃcil explicárselo. Hacemos un pan con unas tortas”, ha dicho.
Se enteró la tarde anterior
Durante su interrogatorio, que se ha prolongado durante una hora y cuarto, Pamies ha asegurado que se enteró de la operación policial contra el aparato de extorsión de ETA por el comisario provincial de San Sebastián, Fernando Amo, quien le pidió el apoyo de unidades de intervención policial (UIP) a su cargo.
Por eso, llamó al jefe de la Brigada de Información Provincial de San Sebastián, Manuel Risco. “Le pregunté qué pasaba y por qué nadie me habÃa informado de que habÃa una operación en mi territorio. Que no se me informe no me parece lo más correcto”, ha apuntado después de admitir su falta de “sintonÃa” con el entonces comisario general de Información, Telesforo Rubio.
En relación con las llamadas con el jefe de Brigada en Francia, Alberto León, ha asegurado que tenÃan el propósito de conocer las intenciones de la PolicÃa gala. “QuerÃa saber si los franceses estaban en pie de guerra. Le dije ‘¿tú qué coñ…, perdón, tú qué sabes de esto que van a hacer? -ha señalado-. DifÃcilmente me podÃa dar ningún dato porque no lo conocÃa”.
Trasiego de llamadas
Pamies, que llevaba 30 años destinado en el PaÃs Vasco cuando se produjo el chivatazo, ha negado que el trasiego de llamadas que mantuvo con el entonces director general de la PolicÃa, VÃctor GarcÃa Hidalgo, y con la jefa de Sección de la citada Brigada, Teresa Herraiz, se debiera a la preparación del chivatazo y se ha quejado de que toda la investigación se base en las llamadas de uno de sus teléfonos móviles.
“Todo el sumario está basado en mi móvil profesional, no se han chequeado ni dos teléfonos oficiales en mi despacho ni tres teléfonos oficiales que tengo en mi domicilio ni otro móvil que tengo a mi nombre desde el año 2000 y otros tres teléfonos prepago que tengo”, se ha quejado.
También ha admitido que, tras el chivatazo, llamó al jefe del equipo investigador, Carlos Germán, para preguntarle si habÃa identificado a alguno de sus hombres como autor del soplo y a GarcÃa Hidalgo para pedirle que le echara “más narices” para impedir que todos los miembros de la Brigada participaran en una rueda de reconocimiento ante Elosua.
A preguntas de su abogada defensora, MarÃa Ponte, ha asegurado que sus superiores estaban informados puntualmente de la identidad, el estado procesal y las citas que mantenÃa con su confidente, al tiempo que ha hecho hincapié en que no tenÃa capacidad para interrumpir la operación franco-española contra el aparato de financiación de ETA.
“Ni yo ni ningún policÃa español tiene influencia sobre madame Le Vert (juez antiterrorista francesa), ni el presidente de la República… Le podemos bailar una jota que, como tome una decisión, es imposible hacerla cambiar”, ha apostillado.
La relación con el confidente
De igual modo, Pamies ha explicado a preguntas del fiscal, Carlos Bautista, que las citas con el etarra, del que sabÃa que tenÃa “problemas procesales en España”, se planeaban con tiempo y que con él mantenÃa una relación “de confianza”. “Le conocÃa de mucho antes. Yo le daba dinero, le decÃa qué tenÃa que hacer con la PolicÃa francesa, él me pedÃa lo que necesitaba y yo se lo daba”, ha dicho.
También ha explicado que tenÃa que acudir personalmente a esa cita porque es la práctica habitual con los confidentes. “Cuando consigues un confidente tú te lo guisas, tú te lo comes y tú te buscas la vida. Van dos si es una fuente abierta, un confidente de medio pelo”, ha asegurado.
En este contexto, ha negado que ordenara a Ballesteros acudir al edificio Gazteluzar de Irún, donde vivÃa Elosua, para darle el soplo allÃ, como sostienen las acusaciones. “Ni de coña”, ha dicho Pamies. También ha negado que haya hablado con el dueño del Faisán desde el 4 de mayo de 2006. “He hablado con él en persona cuando he ido al Faisán a tomar algo y no sé si me sirvió él”, ha señalado.
Pamies: “Alucinaba en colores con la acusación”
Durante su interrogatorio, Pamies ha utilizado un lenguaje muy coloquial, hasta el punto de que el presidente del tribunal, Alfonso Guevara, le ha animado a “expresarse libremente”. “No nos vamos a asustar, somos mayores de edad”, le ha dicho. En otra ocasión, sin embargo, le ha pedido que no “vilipendiara” al fiscal. “Sólo le falta agredirle”, ha apuntado.
Pamies ha dicho que “alucinaba en colores con la acusación” que le hacÃa el primer juez instructor, Baltasar Garzón, y que, de haber sabido que su teléfono estaba pinchado, “alguna que otra burrada habrÃa soltado”, ha señalado en otro. A preguntas sobre las llamadas le ha espetado al fiscal: “Si me acordara de estos detalles que me pregunta, no serÃa policÃa, estarÃa dirigiendo alguna universidad”.
En su escrito provisional de conclusiones el fiscal Carlos Bautista solicita dos años de cárcel para Pamies y uno y medio para Ballesteros por un delito de revelación de secretos, aunque por orden del fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, incluyó como alternativa una petición de cinco años de cárcel por colaboración con organización terrorista.
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