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política > la crónica de la semana

Cámara, luces y apagón

   

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

En estas fechas tan entrañables, el Parlamento de Canarias aprobó con orgullo y satisfacción los presupuestos de la Comunidad Autónoma para 2014. El bombo fue la bomba: 6.357 millones de euros. Los niños del coro cantaron villancicos antes de que, el miércoles a mediodía, sus señorías se marcharan de paseo al terminar el periodo de sesiones. Los astutos diputados regresarán en enero, que no es un mes hábil, para debatir la comunicación del Gobierno sobre la reforma del Estatuto y ponerse a dieta tras el atracón de las fiestas.

La Cámara recortó el encuadre para que los números de las cuentas públicas cupieran en el plano del pleno. La apisonadora del bipartito (CC-PSOE) allanó el camino de la “recuperación” aplastando a la oposición (PP, NC y PIL) a un ritmo frenético sin freno ni marcha atrás.

El martes, día de la votación presupuestaria, trabajadores del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC) cercaron la sede legislativa porque veían cerca el fin de su existencia como matriz de I+D+i. Después de que el consejo de administración, presidido por la consejera Paquita Luengo, resolviera aplicar el expediente de regulación de empleo (ERE), se consumó la creación del Instituto de Desarrollo Tecnológico de Canarias, dependiente de la Agencia Canaria de Investigación, Innovación y Sociedad de la Información (ACIISI). Pese al desarme, el comité de huelga no se desmoviliza. Antes al contrario, prepara acciones jurídicas y golpes inmediatos de efectos mediáticos.

El ministro de Industria, José Manuel Soria,

El ministro de Industria, José Manuel Soria. | DA

La tensión informativa experimentó un subidón al final de la semana con la disparatada subasta del Un, dos tres. Los mercaderes de la luz dispararon metralla contra las familias y las pequeñas empresas. Es un clamor que el incremento de la tarifa eléctrica en un 11% no es de recibo.

De “error doloroso” lo calificó el Ejecutivo canario en la víspera de que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) invalidara el sorteo organizado por los que querían ponerse ciegos. Al ministro de Industria, José Manuel Soria, se le encendió la bombilla y urgió una investigación del “inaceptable” fogonazo en los contadores de las economías domésticas. Hasta el cerdo de la hucha se achicharró, aunque resucitó cuando se restableció el suministro del sentido común.

Otro concurso anulado, parcialmente, es el de los parques eólicos. El fallo -o acierto- del Tribunal Superior de Justicia de Canarias que apaga la adjudicación de la potencia en Lanzarote de 2007 sopla los recuerdos de las corruptelas de 2004.

La ventolera judicial también azota la Consejería de Presidencia, porque el TSJC ha elevado una consulta al Tribunal Constitucional al objeto de dirimir si la reducción del 20% del salario y de la jornada laboral a más de 3.400 empleados públicos no fijos de la Administración autonómica vulnera la Carta Magna.

Con energías renovadas acudirá Paulino Rivero el 8 de enero al palacio de la Moncloa, convocado por Mariano Rajoy. El presidente del Gobierno canario llevará en la cartera “respeto, lealtad institucional y voluntad de colaboración en beneficio de los ciudadanos”. Ya ha dejado claro que su misión no será agachar la cabeza, sino recabar un “trato justo”. Sensatez y responsabilidad le ha metido el PP en la maleta.

En la carta a los Reyes Magos, Rivero escribe renglones de quejas con acuse de comprensión de las singularidades isleñas. Si le echan carbón, que sea de azúcar.

Paulino Rivero juguetea con un trompo

Paulino Rivero juguetea con un trompo en la feria de artesanía. | DA

El trompo y la trompada

Paulino Rivero juguetea con un trompo en la feria de artesanía, mientras José Manuel Soria lo desafía con el puño. Las manos tendidas de ambos se rozan con las puntas de los dedos. Sus relaciones son estrechas, pero no entre ellos. La sombra de la discordia es alargada. Aliados en momentos que parecen olvidados, el uno y el otro están decididos a llevar el pulso hasta el final de la legislatura. No dan su brazo a torcer. La desconfianza es de mutuo acuerdo. Las discrepancias están pactadas con abogados del diablo, de oficio, que cobran por horas y que confunden los minutos con los segundos. Si el tiempo es oro, Rivero y Soria lo tienen embargado. Han empeñado su palabra y no encuentran la papeleta. Lo mejor será que les toque el Gordo, porque a perros flacos todo son pulgas. Les une, eso sí, la gratitud a Cristóbal Montoro por las peladillas. ¡Y un jamón! Na de na, na de na, dulce Navidad… Bueno, por lo menos se comen el turrón.