La Policía confirma que el alcalde superó seis veces la tasa de alcohol

Tomás Mesa, alcalde de San Juan de La Rambla. | M. PÉREZ

GABRIELA GULESSERIAN / T. FUMERO | San Juan de la Rambla

El alcalde de San Juan de la Rambla, Tomás Mesa (PP), dobló seis veces la tasa de alcohol permitida en sangre durante un control de alcoholemia al que tuvo que someterse el sábado tras un accidente ocurrido en la capital tinerfeña en el que se vieron implicados otros dos vehículos y que dejó como saldo tres heridos leves.

Fuentes de la Policía Local de Santa Cruz aseguraron a este periódico que el atestado policial abierto confirma que la tasa de alcoholemia de Mesa era de 1,48 miligramos por litro de aire espirado, sextuplicando la tasa permitida de 0,25 miligramos.

Esta confirmación es sustancial dado que supera los 0,60 miligramos, el límite que establece el código penal para considerarlo un delito. Por este motivo, el atestado será remitido a la autoridad judicial y Mesa, que prefirió no hacer declaraciones al respecto, será enjuiciado por la vía rápida. La pena dependerá de lo que determine el juez y puede ir desde tres a seis meses de prisión; una multa de seis a 12 meses; trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días y, en cualquier caso, con la de privación del derecho a conducir vehículos a motor y ciclomotores por tiempo superior a uno y hasta cuatro años.

Barrera del peligro
No obstante, el abogado tinerfeño Javier García González, (especialista de la firma Accilex Tenerife, colaboradora de V12, la revista de motor de Canavisa), afirma que la Fiscalía “opta por el artículo 380 cuando la conducción ha sido temeraria, entendiendo como tal que se ha puesto en peligro la integridad física de otras personas”. A este respecto cabe reseñar que en el accidente de Mesa se pasó de la barrera del mero peligro, ya que tres personas resultaron lastimadas levemente. Además, apunta, el artículo 380 “prevé la retirada del permiso de conducción durante un intervalo de uno a seis años”.

Aunque advierte que habla desde una perspectiva teórica, puesto que por deontología profesional no debe opinar sobre un caso concreto, Javier García González sostiene que a pesar de ser un especialista en este tipo de casos, “nunca” ha tenido “un cliente con una tasa tan alta; ya que lo máximo fue un señor que dio 0,9 y se había bebido una botella de vino a medias con otro comensal y luego cuatro o cinco copas”. Y pese a que hay varios factores que influyen, para llegar a ese nivel “supone que harán falta al menos entre ocho y diez copas”.

Por último, el jurista destaca que en un caso como este “también cabe acusación por un delito de daños y otro de lesiones, aunque se produciría un concurso ideal con el de seguridad vial y, a efectos de pena, se escogería la mayor de las tres posibles, que a buen seguro sería esta última si las lesiones son de poca entidad”.