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Fox tango – Por Tomás Cano

   

Utilizo las palabras fox y tango porque reflejan sencillamente como está la aeronáutica en nuestro entorno. En el argot aéreo fox es la letra F y tango, la T. Me gustan estas palabras porque ambas dan nombre a dos bailes de salón el fox-trot, o lo que es lo mismo “trote del zorro”, y el tango que no voy a venir a descubrirles lo que es. En este loco mundo de la aviación, donde si Dios hubiera querido o deseado que voláramos nunca hubiera permitido que se construyera la primera máquina de tren a vapor, y estoy seguro de que si hubiera deseado que voláramos, nos habría hecho más fácil llegar al aeropuerto y pasar el control de seguridad, como pasamos de la tierra al cielo. Casi todos los que conozco están de alguna forma cabreados con Ryanair, porque le dan subvenciones, porque hoy las coge y mañana, como no hay de que mamar, se marcha del lugar. Lo que no me parece serio, pero en cambio gracioso, fue lo escuchado en un avión y así lo relato. Después del aterrizaje y por megafonía se oyeron las siguientes palabras: “Señoras y caballeros, bienvenidos a Manchester. Esperamos hayan disfrutado de su vuelo y gracias por volar con EasyJet. Si por el contrario, el vuelo no ha sido de su agrado, muchas gracias por volar con Ryanair”. Y es que todas se las dan a la misma empresa.
El hecho es que el transporte aéreo mundial está convulso, fíjense a qué extremo llegan las cosas que dos compañías aéreas decidieron la primera contratar a caballeros para convertirlos en pilotos y la segunda contratar a pilotos,para convertirlos en caballeros. A día de hoy puedo decirles, por si estaban interesados en el resultado, que ninguna de las dos ha tenido éxito en semejante iniciativa. Lógico pues, que se oigan por megafonía comentarios como el antes mencionado, sobre todo si tiene uno a un patrón como el de Ryanair. En estos años viviendo en este turbulento y truculento sector siempre me he preguntado algunas cosas como por ejemplo no se si ha ustedes les pasa lo mismo, pero si las cajas negras son indestructibles, porque no construyen el avión totalmente del mismo material. Lo que si he aprendido es que los despegues son opcionales, en cambio los aterrizajes son mandatarios. Volar para mi creo que es la segunda gran emoción de un hombre. La primera sin duda es aterrizar. En fin estamos en buenas manos, que cada vez que subo a bordo de un avión y veo estos pilotos peinando canas, me recuerda el dicho de que “hay pilotos viejos y pilotos atrevidos, pero seguro que lo que no hay son pilotos atrevidos viejos”.