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Hasta 40.000 euros a los padres que toleren que sus hijos beban alcohol

   
En las botellas habrán fotos de los perjuicios del alcohol. | EUROPA PRESS

En las botellas habrán fotos de los perjuicios del alcohol. | EUROPA PRESS

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

De 3.001 a 40.000 euros por una infracción grave de consumo y posesión, entre las que se encuentran el clásico botellón callejero, beber alcohol dentro de un vehículo privado situado en la vía pública o, simplemente, que un padre o tutor tolere que su hijo tome sustancias alcohólicas. Es una muestra de la mano dura que propone el Ministerio de Sanidad en el borrador de una ley cuyo objetivo es prevenir el consumo de alcohol entre los menores, y que ha sido puesto a discusión entre los distintos sectores implicados para alcanzar un texto definitivo.

Sin dudad es el capítulo sancionador el que más atención despierta en este primer embrión de anteproyecto de ley de de prevención del consumo de bebidas alcohólicas por menores y sus efectos, y que obra en poder de este periódico.
Las infracciones de esta norma, que sería la primera de este tipo en Europa y que destaca por su altísimo nivel prohibitivo, serían leves (con sanciones de 600 a 60.000 euros), graves (de 3001 a 300.000 euros), y muy graves (de 40.001 a 600.000 euros), aunque el grado de responsabilidad se traduce en si se consumió o se está en posesión, se comercializa o promociona o, lo más castigado, no se colabora o se obstaculiza la tarea de los inspectores.

Aunque el borrador será discutido, en caso de prosperar supondría la prohibición absoluta de consumo y venta de alcohol a menores de edad, hay o no consentimiento paterno o del tutor. Otra de las novedosas propuestas que incluye pasan por restringir la publicidad, incluir imágenes de los estragos del alcoholismo a modo y semejanza de lo que ocurre hoy con el tabaco, además de afrontar las responsabilidades de los padres. Por ejemplo, si se sorprende a un menor de edad bebiendo alcohol, se multará a sus padres con 300 euros, aunque estas sanciones son susceptibles de cambiarse por trabajos para la sociedad (asistencia a víctimas de accidentes de circulación relacionados con el alcohol, etc).

Sólo el 18,2% es abstemio a los 15 años; el alcohol es la droga juvenil más consumida

Otra gran novedad es que se acabó con la manga ancha para las bebidas más tradicionales. Fue Mariano Rajoy el que popularizó aquello de “¡viva el vino!” cuando estaba en la oposición, pero el borrador de su ministra de Sanidad, Ana Mato, trata por igual a los aguardientes que a la cerveza o al propio vino y hasta la sidra. La clave de lo que es considerado alcohol en la normativa pasa por la barrera de una graduación natural o adquirida, igual o superior al 1,2% de su volumen.

¿Y por qué se proponen normas tan duras? Lo explica el borrador del anteproyecto: Según la última encuesta sobre drogas en la enseñanza secundaria, “el alcohol es la sustancia psicoactiva de consumo más generalizado entre los jóvenes de 14 a 18 años. En 2013, el 83,9% de los jóvenes de esta edad consumió alcohol alguna vez en su vida, el 81,9% lo hizo alguna vez en el último año y el 74% en el último mes. Asimismo, sólo 2 de cada 10 no habrían consumido nunca bebidas alcohólicas, registrándose cifras de no consumo, entre los menores, muy inferiores a las que corresponderían por tratarse de una sustancia cuyo acceso se halla restringido en este grupo de edad (30,4% de abstemios a los 14 años, 18,2% a los 15 años, 12% a los 16 años y 8,1% a los 17 años)”.

Pero si las cifras resultan aterradoras, lo peor viene con el modelo de consumo ya que lo que s e impone es el llamado “atracón”, una modalidad consistente en ingerir cinco o más copas en menos de dos horas y que 4 de cada 10 jóvenes españoles de entre 14 y 18 años reconocieron practicar asiduamente.