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Amor – Por Jorge Bethencourt

   

El Gobierno de Canarias quiere deconstruir la idea del amor romántico entre los jóvenes. No se trata de traerse a Ferrán Adriá para que ponga en una licuadora a Jonay y Ateneri o para obtener una espuma de Zebenzui y Ruimán o un revuelto de Yaiza y Chaxiraxi. Se trata de evitar la hipersexualización de las niñas y redefinir el amor heteronormativo porque todo eso evita la visibilización de la diversidad afectivosexual. Que yo no sé si eso es una cama redonda o una definición del acelerador de partículas del CERN. O lo que es lo mismo, ni puta, puto, idea. Ahora que si el Gobierno canario, tal y como pretende en sus eficaces políticas de igualdad, quiere cargarse el amor romántico, yo me apunto a reescribir los cuentos. “Érase una vez una machorra llamada Belindorra que era la princesa del Reino de Sexilandia. Su compañera afectivo sexual era la capitana de la guardia, Rosalinda del Potorro. Un día llegó a Sexilandia el príncipe Filiberto Quemeparto acompañado de su amante y escudero Chuponcillo. Cuando los cuatro se conocieron se enamoraron rendidamente y crearon una familia pluriparental hasta que el malvado padrastro, machista y heterosexual, de Belindorra la envenó con una manzana. La princesa cayó en una sobada profunda de la que sólo pudo despertar cuando echaron mano Del Potorro con un beso hipersexual que la devolvió a la vida. Y vivieron todos felices en una comuna, con una dieta hipocalórica”. Por supuesto, habrá que crear un Comité para la Depuración de Libros que fomenten las actitudes machistas. “Polvo seré, más polvo enamorado”. Se quita el amor de Quevedo y se deja el polvo. Y eso de morir por amor, esas tonterías románticas que mezclan los fiambres con los sentimientos, a tomar por saco. “Tu eras el huracán, yo la alta torre”…¿Torre? ¿Freud? ¿Pene? Anda ya, Becquer, machista asqueroso y posiblemente acomplejado y tuberculoso. “Porque eres linda desde el pie hasta el alma…pequeña y dulce”… ¿Pequeña?¿Dulce? A la hoguera con Benedetti. “Porque en noches como está la tuve entre mis brazos”…¿La tuviste? ¿Tuya? ¿Desde cuando, Pablito, las mujeres son una propiedad? Ay, Neruda, machista del carajo. A la hoguera. Que sepa el Gobierno que cuenta conmigo para quemar esa basura romántica. Ahora bien, lo del paso de la oca como que no. Que me duele la ciática.