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Trilla y meditación – Por Román Delgado

   

A Paulino Rivero lo que más falta ahora le hace es bajarse un tiempito del avión y del coche oficial, para que con su Mercedes, Seat o lo que tenga como vehículo privado, que no lo sé y puede ser marca más modesta, se dé un salto a los altos de El Tanque, a San José de Los Llanos, donde, por si no lo sabía, a finales de julio se celebra la tradicional trilla del cereal. Don Paulino, aunque usted no lo crea, esto, y siempre que la posma deje ver porque se halle mojando el centro del municipio, algo más abajo, es ahora lo que usted más necesita: debe acercarse al campo y sacudirse tanto parásito con ganas de guerra, triquiñuela, puñalada y jaleo en el seno de su partido, en el que hay tinerfeños que le están haciendo, ya sin nocturnidad ni alevosía, la puñeta, una putada en toda regla. Como decía mi abuelo, por último en insistentes ocasiones, “aquí, en esta tierra [y menos dentro de los partidos], no se respeta a nadie”. Ahora resulta que la renovación en CC pasa por que siga mandando otra facción de los de siempre, entre los que se hallan algunos falsamente huidos. Baste con citar al metelacabezaenlafoto o bien a la ya entrada en años, como nos termina pasando a todos, Ana Oramas (o Ani, esto sólo para los allegados, como el Jose o el José Manuel, y saben de quién…), que si no la ven en un escaño es porque ya cambió o garantizó otro. Y luego están los jóvenes viejos, ¡ay los jóvenes!, por algunos aún denominados promesas. ¿Nuevas…? Pero si no conocen sino el sustento público. Son jóvenes, sí, pero en muchos casos sin trayectoria laboral al margen de la representación pública o de los puestos de confianza, todo muy legítimo, pues claro, pero ya basta, ¿no creen? Entre los mayores jubilados de aquella manera y los jóvenes viejos que llevan toda la vida, la renovación no la veo por ningún lado; o sea, que más de lo mismo y viento en popa. Y, ¡ojo!, lo digo para este partido, en el que están al degüello por una candidatura nacional, como gusta decir en CC (donde parece que los jóvenes de verdad, los limpios de cargo público, sirven para centros de mesa), y por el resto de palos de baraja tan clásica. Todo esto lleva años y años dándome mucha pena, pero no hay solución, y ya se sabe por qué. ¿Cómo va a transformar todo esto el que cobra de ahí, y su mujer, y su primo hermano, y su primo segundo, y no se sabe cuántos más…? Es una exageración, por supuesto, pero esta hipérbole resulta obligada para despertar conciencias y que algunos se den cuenta del verdadero significado que tiene la papeleta que entra en la urna en eso que llaman elecciones. ¡Ay mi madre! ¡Como están las cosas y estos personajes en una guerra de chapas en pleno barranco! Ellos sabrán… Yo lo único que le digo, don Paulino, es que aquel día la trilla se puede convertir en solución parcial, en descarga polvorienta, e incluso me atrevo a invitarlo hoy mismo, por si hay urgencia, que desde temprano cavamos papas más abajo. Usted, que sabe de jeitos de azada, sería de gran ayuda, más ahora que dicen que medita dejar el tirachapas. Perdone, pero esto me produce una nerviosa carcajada. Si quiere, nos vemos en el campo lleno de tubérculos, que así se quita eso de la cabeza. Ande, ande…, y estrenamos vacaciones.
@gromandelgadog