Diez empresas optan a construir el dique de San Andrés

La obra del dique tiene un plazo de ejecución de diez meses. / DA

NATALIA TORRES | Santa Cruz de Tenerife

Una decena de empresas optan a la construcción del dique semisumergido de San Andrés, una obra licitada por la Autoridad Portuaria y cuyo plazo de presentación de ofertas se cerró el pasado lunes. Las entidades interesadas en participar en este concurso público han tenido 15 días para presentar sus ofertas, un plazo que se ha visto reducido considerablemente al ser licitada la obra por la vía de urgencia. Esta forma de actuar además permitirá que ya el próximo lunes se celebre la primera mesa de contratación en la que se procederá a la apertura de sobres para conocer más detalles sobre las distintas ofertas de esta decena de empresas.

Los detalles técnicos de la obra fueron dados por el presidente de la Autoridad Portuaria, Pedro Rodríguez Zaragoza, en la presentación del concurso público. Según explicó entonces el jefe de Infraestructuras del puerto de Santa Cruz de Tenerife, Javier Mora, la construcción del dique semisumergido, que tendrá un coste de 3,9 millones de euros, necesitará más de 60.000 metros cúbicos de material, de los que 40.000 se recuperarán. Además se usarán 6.000 metros cúbicos de hormigón, que se distribuirán en los bloques que se tendrán que elaborar para la ocasión y que conformarán la estructura del espigón en frente de San Andrés.

Según explicó Mora, el proyecto elegido lo fue porque, una vez analizado el comportamiento de las olas que provocaban la inundación del barrio, “llegamos a la conclusión que eran las que procedían del sur-suroeste y que con apenas 75 centímetros de altura podía llegar a los tres metros cuando golpeaban en la costa, provocando la inundación”.

350 metros de dique

La obra consistirá por tanto en un dique horizontal a la costa de unos 350 metros de largo y otro perpendicular (a la altura de la glorieta de entrada a San Andrés) que evitará la sobreelevación de las olas que acaban provocando los rebases. Se utilizarán siete toneladas de bloques cúbicos de hormigón para la formación del dique que tendrá cuatro metros de coronación (una altura similar al de Las Teresitas). Mora confirmó que es posible que tras finalizar la obra podría formarse, de manera natural, una playa de callados enfrente de San Andrés.

Si los plazos se cumplen y la obra no se ve paralizada, como puede ocurrir por la reclamación que ha presentado la Federación Canaria de Surf en contra precisamente de que la construcción del dique se haya licitado por la vía de urgencia, los primeros movimientos para que el pueblo pesquero cuente con una protección se verán en septiembre.

El plazo de ejecución de la obra es de diez meses por lo que antes del próximo verano podría estar listo el dique semisumergido de San Andrés, el mismo que los vecinos aseguran es lo que quieren y defienden.

Recogida de firmas contra la propuesta de los surfistas

La Federación Canaria de Surf hacía pública la semana pasada su intención de paralizar la licitación del dique por considerar que la vía de urgencia no está justificada, además de estimar que el proyecto no es el más eficiente ni operativo para el pueblo. Esta decisión, que el presidente de la Federación, Ángel Lobo, entendía podía ser impopular, sin duda lo ha sido, tanto como que los vecinos del pueblo se han organizado para recoger firmas en contra de la propuesta de la Federación de Surf y presentarlas hoy mismo a la Autoridad Portuaria. Durante toda la tarde de ayer, las distintas asociaciones vecinales se movilizaron para conseguir el mayor número de firmas posibles constatando el rechazo ya verbalizado por las principales entidades vecinales de San Andrés tras conocer la propuesta de Lobo. Los vecinos, que ya se han reunido con el alcalde, José Manuel Bermúdez, expresaron su malestar con este posible retraso, obteniendo el compromiso del regidor municipal para acompañarlos hoy a la reunión que se celebrará durante la mañana en la sede de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz. Los vecinos quieren mostrar así su “indignación” con un colectivo, el de surfistas, a los que acusan de no haberlos visto en todo el tiempo que llevan peleando por el dique.