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Santa Cruz, más viva que nunca – Por Claudio Andrada

   

Partiendo de la premisa de que todo es mejorable, que es lícito emprender acciones para que la situación de miles de chicharreros revierta y consigan empleo, que es necesario mantener la tensión y el compromiso para que todos los agentes implicados en la recuperación del municipio remen en la misma dirección, lo cierto es que las cifras reflejan datos que, aún insuficientes, denotan vetas positivas que hay que estimular y consolidar si lo que se pretende es una ciudad cada vez más capital y más abierta al mundo.

Siempre se ha dicho de que en política todo vale, afirmación esta con la que estoy completamente en desacuerdo. No es lícito, ni mucho menos, usar el engaño o las verdades a medias -cuando no mentiras- para intentar arrimar el ascua a la sardina partidaria. Ni es saludable inundarlo todo de un pesimismo ramplón y desmovilizador con el único objetivo de atacar o intentar menguar los éxitos del rival político. Precisamente por ello, decir que Santa Cruz de Tenerife está muerta, como sostiene la tozudez de Ignacio González frente a una parte de su propio partido (CCN), es ignorar de manera intencionada y con la alevosía del engaño los datos positivos de una recuperación evidente y comprobable.

Por ejemplo, los datos del número de visitantes, tanto foráneos como residentes, suponen las mejores cifras de los últimos diez años; la afluencia de los turistas llegados en cruceros no para de crecer, con lo que supone para el comercio, el ocio y la restauración en la capital, además de lo que implica que dos administraciones -el puerto y el Ayuntamiento- hayan planeado acciones conjuntas para una mejor y más potente imagen que se les da a los visitantes con el comercio abierto y actividades lúdico-festivas en los días de cruceros; la edición del pasado sábado de Plenilunio, con más de 60.000 personas hasta las 3 de la madrugada en una Santa Cruz festiva, despierta y solidaria, etcétera.

Pero lo que es aún más importante, el efecto que una mayor actividad económica llega aparejado: más empleo. Un 8% más que el año anterior. Y esta renovada y positiva percepción que se tiene de Santa Cruz llega más allá de lo que pensamos. De ahí el interés de empresas e inversores extranjeros por traer sus negocios a la capital: fábrica de chocolates, de café…

Lejos de una posición triunfalista, lo cierto es que la ciudad experimenta en estos últimos tres años signos de estar más viva que nunca, le pese a quien le pese. Los del “todo negro, muy negro” deberían subirse al barco o la chalupa, como prefieran, y remar en la misma dirección, y en lugar de críticas aportar propuestas, ya que lo que nos jugamos no son las rentabilidades de las siglas políticas, sino el despegue económico y, como consecuencia, la empleabilidad de nuestros ciudadanos. No hay nada más importante, y en esa dirección habrá que navegar.

claudioandrada1959@gmail.com