Los docentes canarios, los que más horas echan y más alumnos tienen

El trabajo de los profesores canarios suele ser poco reconocido por la administración pública isleña. / DA

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

Explotados, indefensos y desmotivados. Este es el sombrío panorama que dibujan los docentes de Canarias, que desde hace años vienen denunciando sus precarias condiciones laborales. Las cifras, además, les dan la razón, ya que son los que más horas lectivas y de permanencia en los centros tienen de todo el Estado, y además con las ratios de alumnos más elevadas. En concreto, la Dirección General de Centros e Infraestructura Educativa del Gobierno regional -mediante resolución aprobada el 6 de junio-, establece que el tiempo total de permanencia del profesorado isleño en el centro será de 28 horas semanales (25 horas lectivas y 3 horas no lectivas de periodicidad fija) en Infantil y Primaria y de 26 en Secundaria, en ambos casos por encima de la media estatal (24).

Este aumento de la jornada, además, ha venido de la mano de un incremento en las ratios de alumnos por clase (entre un 10% y un 20% más en prácticamente todos los centros públicos), lo que según las organizaciones sindicales con representación en el sector, está provocando un auténtico “caos” en muchos centros escolares del Archipiélago. Algo que niegan desde la Consejería, que, no obstante, reconoce que las ratios establecidas con carácter general en la Comunidad Autónoma “pueden verse afectadas por el Real Decreto-ley 14/2012, de medidas urgentes de racionalización del gasto público en el ámbito educativo, que establece que las administraciones educativas podrán ampliar hasta un 20% el número máximo de alumnos para Primaria y Secundaria”.

Las quejas de los docentes han sido respaldadas por el propio Consejo Escolar del Estado (CEE), máximo órgano de representación de las comunidades educativas, que recientemente aprobó una propuesta presentada por el STEC-IC sobre las condiciones laborales del profesorado. Dicha propuesta exige la disminución del horario lectivo del profesorado, y se apoya en un Informe de la OCDE publicado este mismo año, en el que se demuestra que la dedicación horaria anual del profesorado español, en general, y canario, en particular, es superior a la media de los países de la misma OCDE y de la Unión Europea. Por ello, desde el STEC piden que se derogue el Decreto impuesto por el Gobierno central sobre el incremento de la jornada lectiva, lo que por ende podría permitir que la Consejería canaria de Educación hiciera lo propio, considerando como horas lectivas otras horas que integran la jornada laboral de los profesores. “Si hasta ahora no lo han hecho, es porque no han tenido voluntad política, porque nada lo impide”, subrayan desde el sindicato, donde recuerdan que el incremento de las horas de permanencia en el centro es una “imposición” del Gobierno canario.

Una ardua batalla
Una afirmación que comparten en Anpe, el sindicato mayoritario entre el profesorado isleño. Su Consejo Sindical Provincial anunció la semana pasada que están estudiando llevar a cabo movilizaciones ante los “continuos engaños” de la Consejería.

Ratios más elevadas, reducción de las medidas de atención a la diversidad, un aumento de grupos mixtos en Infantil y Primaria, falta de recursos en Formación Profesional (FP), mayor carga lectiva en Secundaria, centros en condiciones inapropiadas, ciclos de FP sin materiales o con recursos obsoletos, desaparición de medidas como la acogida temprana y el refuerzo educativo, la implantación “camuflada” y urgente de la LOMCE, el incremento de la burocratización de la tarea docente y un largo etcétera de problemas son el día a día con el que deben batallar los docentes y los responsables de los centros del Archipiélago.

“A pesar de que la recién aprobada Ley Canaria de Educación recoge aspectos tan positivos como el reconocimiento de la educación como servicio público esencial y un incremento presupuestario del 5% hasta 2022, nos tememos que dicha ley se quedará en agua de borrajas. Y no se trata sólo de una cuestión presupuestaria, sino de falta de diálogo, de negociación. La administración educativa hace oídos sordos a las propuestas sindicales de mejora de la calidad educativa y no atiende las quejas y sugerencias constructivas de los claustros de los centros”, subrayan desde Anpe.