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DESDE LA ÓPTICA>

El iceberg y el Titanic – Por Javier Rabanal

   

Tiene el tinerfeñismo la costumbre de considerar que el club es solo el primer equipo y eso es un error. El CD Tenerife SAD. está compuesto por unos cuantos equipos que abarcan desde las primeras edades hasta los profesionales. Con la obviedad de que el foco mediático esté puesto en los mayores, sería productivo decir que a lo mejor nos conviene valorarlo todo en su conjunto.

Ahora mismo mirar para el equipo de Álvaro Cervera no reconforta y eso ocupa horas de radio y páginas de internet y periódicos. Dimisión, cese o despido son algunas de las sentencias dictadas desde la grada este fin de semana. El problema no está solo ahí.

El gran público ataca al entrenador mientras el presidente intenta desacreditar a la oposición, representada por Pier, pero los problemas de este club no son solo esos.

Los ascensos y descensos del plantel profesional han marcado el futuro de entrenadores y directores deportivos, pero nunca han cambiado nada de ahí para abajo (ni para arriba).

No voy a escribir nada acerca del desastroso encuentro frente al Decano del fútbol español ya que, lo hayan visto o no, está todo dicho.

Mi tortura empezó varias horas antes. El Tenerife parece un Titanic amenazado por un iceberg del que solo se ve la punta. El derbi del fútbol juvenil nos dejó un año más la victoria de la UD Las Palmas y la enésima muestra de que hay cosas que se pueden cambiar.

El partido dejó a las claras que los amarillos (el sábado de azul para parecerse al San Gerardo) han tenido plantillas mucho mejores en años anteriores. La de este año no tiene la planta de los centrales “salientes” ni la calidad de jugadores como Héctor en punta. Aún así volvieron a ganar y con eso, si no lo evitan Acodetti o Arucas, serán campeones de la categoría de nuevo.

El escenario del partido fue un césped artificial que la única alegría que deja es la de poder sentarse en una grada y no en un banco de madera que pintan todos los años.

Además del campo elegido (por coincidencia con el Tenerife B) el otro disgusto es ver a varios jugadores de Tenerife ganar con el eterno rival. De los del sur poco que decir, “ganaron la liga cadete por suerte e ilusión” por lo que no valían para jugar aquí. De Kirian menos aún, cedido en el Ofra el año pasado, no lo dejaban ir a otro club porque si no se tenía que desvincular y ahora viste de amarillo y nos pinta la cara en medio campo.
Pero aquí no pasa nada aunque algún empleado le grite a Pablo Paz desde la grada, vestido del club, como un aficionado disgustado más. Es por eso que a este Titanic lo amenaza un iceberg mucho más grande que el primer equipo.